Hank, el cachorro que se sabe hombre porque “hace pipi parado”

 

Por ELI Sine Nomine (El Informante Sin Nombre)

TIJUANA, BC A 1 DE ABRIL 2021.- Jorge Hank Rhon es, en el más amplio sentido de la cultura política impuesta por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), un Cachorro de la Revolución.

Es la figura que encarna al típico usufructuario del régimen, de un sistema que solo cambia de color con el paso de las décadas y el advenimiento al poder de nuevas fuerzas políticas. Un sistema que también ha tenido espacio para una camada de cachorros menores, beneficiarios del poder y del control político de unos cuantos.

El Hombre que intentará por segunda ocasión convertirse en gobernador de Baja California y cuyo animal favorito es la mujer -según sus propias palabras- es también heredero de uno de los pilares de ese régimen: Carlos Hank González, un maestro rural que por obra y gracia de la revolución institucionalizada se convirtió en el Rey Midas de la política mexicana, y que pese a todo el poder acumulado no pudo convertirse en Presidente de la República, aun cuando se intentó modificar la Constitución para allanarle el camino debido a su sangre de origen alemán.

Líder del poderoso Grupo Atlacomulco, dueño de vidas y haciendas en el Estado de México (su coto de poder), Hank González tuvo que conformarse con ser el santón de la política sin cuya bendición no hubieran podido surgir y fortalecerse proyectos políticos.

Jorge, el hijo rebelde, construyó y afianzó su propio coto de poder a tres mil kilómetros de distancia en la fronteriza ciudad de Tijuana; un destierro en los mismos pañales de seda que lo acunaron al amparo del poder político y económico del régimen, y que le cobijaron con la protección de la concesión del Hipódromo Caliente bajo la mirada protectora de Antonio Vera Palestina, típico policía del régimen a quien Hank González encomendó la seguridad personal de su cachorro.

Como la humedad enraizó sus intereses en bancos de la localidad y otros negocios, mientras explotaba el negocio de las carreras de caballos y galgos, y preparaba una incursión más audaz en el mundo de las apuestas haciendo crecer su ramificación al resto del país y América Latina.

A la misma velocidad, compró voluntades y conciencias, pese a esto nunca terminó de ser aceptado en el celoso circulo de las familias de arraigo de la ciudad. El temor a su persona se acrecentó después de que un empleado del Hipódromo y su jefe de escoltas Antonio Vera (y compadre, según el mismo Jorge), asesinaron al popular periodista Héctor Félix Miranda, por lo cual ambos purgaron una sentencia de dos décadas.

Su declaración de fe política no deja lugar a dudas: “Soy un soldado del PRI”, insiste una y otra vez, con la misma reiteración que profesa lealtad y honor a la figura aspiracional que ha sido Carlos Hank González, de quien ha dicho que “Mi padre es mi Dios”.

Hank es el único “soldado” priista que disfruta el privilegio de desafiar los más celosos y rígidos cánones de la política inventada por el partido tricolor y los protegidos por su padre. El único “soldado” capaz de excentricidades como el contrabando de animales exóticos, o su predilección por el tequila fermentado con pene de los animales de su zoológico.

El único que, en calidad de candidato, ha sido capaz de escandalizar a la comunidad fronteriza al hablar sobre su deseo de ser mujer o vivir la experiencia del embarazo, después de haber protagonizado varios matrimonios y procreado a más de 20 hijos.

“El Ingeniero”, es el único que puede forjar alianzas con panistas sin temor a la expulsión partidista, o candidatearse de nueva cuenta a la gubernatura “con permiso” del PRI para hacerlo por otro bando político, aún si esto constituye un sabotaje al partido de su padre.

Ha sido también el único capaz de convertirse en el “Rey del Secuestro” mediante la operación de comandos que, durante la etapa más negra de la inseguridad en Tijuana, secuestraban, asesinaban y cobraban derecho de piso, permaneciendo intocable, según los señalamientos hechos por el actual gobernador de Morena, Jaime Bonilla Valdez, el único que se ha atrevido a reproducir en voz alta las “leyendas urbanas” en torno a tales actividades, que por supuesto, el empresario de apuestas ha negado públicamente.

Ni las leyendas urbanas sobre una supuesta vida licenciosa, llena de orgia y drogas, ni su desarreglada barba y pelo largo, lograron impedir que se convirtiera en presidente municipal en el año 2004, ganando al panista Jorge Ramos Hernández, que esta vez participará en la contienda electoral nuevamente, para un segundo periodo como alcalde.

Hank, el hombre que generó muy altas expectativas que no logró cumplir como alcalde, y que, según su última declaración, se sabe hombre porque  “hace pipí parado”, hoy ofrece prácticamente acabar con la inseguridad.