Por Gabriela Martínez
Nacimos. Hace poco más de un año nos lanzamos a un café, solo algunas nos conocíamos y otras jamás habíamos cruzado palabra. Pero igual decidimos arriesgarnos. Nos sentamos y, cada una con su taza, empezó a hablar. Lo que iba a ser una reunión de trabajo terminó en una especie de terapia grupal. Hablábamos sobre periodismo y feminismo.
Éramos cuatro reporteras frustradas por no poder hacer más. Se hacía lo que se podía y con lo que se tenía. Hablar de feminismo nunca ha sido del todo popular, mucho menos en el propio gremio.
Todavía opinar sobre marchas y ciertos eventos era pensar unos minutos, escribir el mensaje pera finalmente borrarlo ¿Quién quiere perderse en una discusión cuando se es minoría?
Pero luego el tiempo es benévolo y te regala aliadas. En el camino encuentras coincidencias y -casi- en clandestino empiezan a conspirar para hacer las cosas como piensan deberían ser.
Porque no solo se trata de desearlo, sino de hacerlo. Y así fue. Lo hablamos, lo soñamos y muchas veces nos solidarizamos entre nosotras. Así es como nace Revolución Púrpura. En medio de la sororidad de cuatro reporteras locales que pensamos que existen otras maneras de contar las historias de mujeres, una donde se contextualice y no solo se mire la superficie.
Nacimos en medio de una revolución, del crecimiento poderoso de una ideología que busca generar equidad.
¡Llegamos para aprender, para crecer pero también para deconstruirnos!
¡Nacimos!
