Nuestra pobre y costosa democracia

 

Por Octavio Fabela Ballinas

BAJA CALIFORNIA, A 21 DE ABRIL DE 2021.- En medio de llamados desesperados de los generadores de empleo para que el gobierno estatal difiera algunas de las obligaciones fiscales como parte del método para mantener activos los puestos de trabajo, es un insulto observar que este año, casi medio millón de pesos del dinero público se gasta en partidos políticos diariamente.

Durante este año electoral, los once partidos políticos que cuentan con registro se gastarán en conjunto 148 millones 377 mil 739 pesos del dinero de los bajacalifornianos y la pregunta que salta es ¿cuál es el beneficio de mantenerlos? ¿Por qué hay que pagar por hacer política? ¿Qué no hay prioridades?

En Baja California, durante los últimos procesos electorales participamos una tercera parte de los registrados ante el Instituto Nacional Electoral. Al corte del 31 de marzo estamos en condiciones de votar 2 millones 921 ciudadanos, lo que significa que se espera que poco menos de un millón de personas acuda a votar. Y no se ve que quienes están en la competencia hagan algo porque esa tendencia se modifique.

 

COSTO PARTIDOS

 

La cantidad de personas que siguieron a través de las redes sociales el primer debate entre candidatos a la gubernatura nos da una muestra del pírrico interés que existe entre los ciudadanos por las campañas proselitistas, desinterés que nace desde la selección de candidatos y la falta de propuestas reales de solución a los problemas de la gente.

Las campañas a gobernador del estado resultan pobres en sustancia, sosas, acartonadas, con el modelo antiguo de los acarreos, poses para la foto y con candidatos convertidos en vectores de transmisión del Covid-19. Las recién iniciadas por las alcaldías parecen seguir el mismo rumbo y las de diputados federales y locales sencillamente, cuestan, pero no se ven.

Además de la pobreza de ideas, las campañas están salpicadas de los mismos de siempre, partidos como el Verde Ecologista de México, del Trabajo son ejemplo de que o no tienen membresía o de plano son el negocio de dos o tres personas pues siempre presenta a los mismos candidatos.

Los nuevos partidos, que también cuestan, son simplemente quienes ya no alcanzaron lugar en el PRI, PAN o Morena, entonces emprendieron la lucha, financiada por los bajacalifornianos, bajo nuevas siglas…

Carencias, hay muchas. En Baja California tenemos dos años sin inversión en las necesidades básicas: no hay medicinas en el sistema de salud, no hay justicia porque faltan tribunales, no hay dinero para terminar de pagar a los maestros… no hay, no hay y no hay… pero sí hay para financiar una actividad que debiera ser pagada por los propios políticos.

Resulta difícil en este momento hablar de alguna propuesta clara de los siete candidatos. Lo que expusieron en el debate del domingo resultaría ocioso replicarlo. La constante fue la pobreza de ideas, descalificaciones, y reiteraciones a lo que ya todos sabemos: que son excesivos los casos de abuso de poder del Ejecutivo en funciones.

Solucionar esta situación está en manos de nosotros, la ciudadanía, quienes debemos exigir que el dinero que aportamos entre todos se gaste en lo que se necesita, no en financiar caprichos personales o partidos satélites. Nuestra única salida es votar, por quienes queramos, pero hacerlo y después exigir. Si quien nos gobierna sigue siendo electo por uno, o dos de cada 10 de nosotros, seguiremos cargando con políticos pobres de ideas, pero buenos para embolsarse nuestro dinero. Usted decide.