Por Octavio Fabela
TIJUANA, BC A 7 DE MAYO DE 2021.- La primera vez que oficiales de la policía municipal ingresaron a la casa de Patricia, primero le robaron y luego, cuando identificaron cámaras de seguridad, le colocaron una bolsa en la cabeza con la que intentaban ahogarla para obligarla a que les dijera dónde estaba el disco duro con las imágenes de ellos. Decidió denunciar el robo y la agresión, pero ahora los mismos policías le enviaron un mensaje: “donde te escondas te vamos a encontrar… te vamos a hace pedacitos”.
Las denuncias quedaron bajo los números de caso: 0204-2021-11996 y 0204 -2021-11996. Patricia, quien prefiere usar otro nombre, dice que desde que se presentó el primer incidente, en marzo pasado, ninguna persona de la Fiscalía General del Estado se ha comunicado con ella, nadie tampoco le han informado sobre los avances pero mientras ella no ha podido regresar a su casa por las amenazas que recibió después de acusarlos.
El primer incidente ocurrió el 15 de marzo cuando ella y su sobrino junto con otros familiares convivían en su casa. Era casi medianoche cuánto irrumpieron, dice, hombres armados y encapuchados que antes habían bajado de unidades de la policía de Tijuana, quienes, según la propia corporación, pertenecen a la unidad de inteligencia.
Su ingreso quedó documentado en las cámaras de videovigilancia. Esos mismos oficiales que entraron detectaron sólo algunas de las cámaras y cuando lo hicieron, inmediatamente se dirigieron con la propietaria, a quien aislaron en un cuarto donde le colocaron una bolsa en la cabeza para exigirle que les entregara el disco duro donde guardaba los videos.
No lo hizo. Los oficiales se fueron y ella denunció. Acudió a la fiscalía y también a sindicatura, pero en ninguna de las dos instancias le han informado sobre el avance de las investigaciones, tampoco ninguna autoridad le ha ofrecido protección ni atención.
Sin la intervención de alguna institución, Patricia continuó con sus actividades a la espera de ser contactada, pero en abril 7 lo policías de la misma corporación regresaron a su casa. Ese día ella no se encontraba, pero un familiar suyo que la ayudaba a cuidar la vivienda, sí.
Fue con él, cuenta Patricia, con quien los oficiales le enviaron un mensaje: “me dijeron que no me podía esconder en Tijuana, que me iban a encontrar y me van a hacer pedacitos por lo tanto yo no puedo estar cerca de ahí”.
Según se pudo documentar en los videos, a los que Esquina 32 tuvo acceso, los agentes de la policía municipal llegaron en las patrullas números P2881, P1440, P2872, P2866 y BC31A1.
Para la mujer afectada es muy complicado confiar en la actuación de la autoridad, sobre todo la municipal porque “la segunda vez, cuando llamamos al 911 dos de las patrullas que llegaron a levantar el acta, eran los mismos que habían estado robando en mi casa”.
En el mes de abril el Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana de Tijuana, Pedro Cruz Camarena, dijo a Esquina 32 que en tres días terminaría de realizar las indagatorias y pidió respetar el principio de presunción de inocencia de los elementos.
Aunque nuevamente se solicitó una entrevista a través del departamento de comunicación, para saber sobre los avances de las investigaciones, la petición no fue respondida.
“Hace tres semanas llegaron tres municipales para hablar conmigo, le llamé a la Fiscalía pero no llegaron ni hicieron nada… tengo miedo, tengo que esconderme y no puedo ni regresar a mi casa… Decidí regresar a México, pero ¿para qué? ¡¿Para esto?!”, se preguntó Patricia.
La Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) aseguró que tiene conocimiento del tema y personal de la institución le está dando seguimiento.