Reflexiones. 4T el símbolo del Apocalipsis

Por: Adolfo Solís

BAJA, CALIFORNIA A 24 DE MAYO DE 2021.- Cuando la sociedad festejó el triunfo de la 4T el 1 de julio de 2018, se creía que una nueva era y una nueva esperanza llegaría para México.

El triunfo era como en el génesis; el festejo del inicio de una nueva vida, una nueva era; la creación de una nueva estructura de gobierno que traería progreso, paz y felicidad.

El primer jinete, ya asomaba su cabeza. Era un caballo negro, predecía el hambre. Una sociedad que vivía en pobreza y que soñó salir de ella, simplemente vivió eso; un sueño, que escondido en una realidad; estaba generando el más cruel sistema de pobreza que había vivido el país.

Simplemente una fábrica de pobres, que mientras más hambre tengan, más votos representan; mientras más hambre tengan, más se asegura el control de ellos. A este jinete nada le importa; la economía, los trastornos o las desviaciones sociales; nada importa, lo que le motiva es regalar dinero para hacer creer la existencia de una preocupación real. Engaña para quebrantar sus valores y dejarlo agradecido con la mano que le da de comer. Hizo creer que terminaría con el hambre, pero lo único que provocó fue miseria para tener más adeptos.

Con la frase abrácense; no usen tapabocas y el que no miente, no roba y no traiciona no adquiere covid; se presentó el jinete de la muerte, con un caballo bayo salió en una mañanera diciendo que a los pobres no les da covid. 220 mil muertes no fueron suficientes para este jinete; no cambió el discurso y sumó en su genocidio los miles de muertos por covid y los dictaminados con neumonía atípica que a nadie le importaron.

Este jinete ocultó la negligencia de los hospitales, su falta de infraestructura y la falta de cobertura. Escondió la falta de medicamentos anticovideanos y culpó a la sociedad de no quedarse en casa. El jinete fue tan cruel que hizo creer que la culpa no fue del gobierno, sino de los propios muertos.

Los Ángeles de la salud lucharon contra este jinete, pero día a día cayeron en el lecho de la muerte por seguir luchando contra un virus silencioso que usó la negligencia del gobierno como vehículo de esparcimiento. El jinete amarillo retó a la ciencia y costó lo más preciado, la vida. Un error que por ser de lesa humanidad perseguirá al jinete amarillo, a sus gobernadores que, como ángeles malditos, solo trajeron muerte.

Entonces el jinete rojo llegó, atacando, humillando, denostando y enfrentando al adversario. Declaró la guerra a todos. Medios de comunicación, empresarios, gobiernos, ex funcionarios, partidos políticos y a la misma sociedad. Todo lo que hablé bien de él, es verdad; todo lo que le ataque, es mentira.

El jinete se aparece cada mañana con un tambor de guerra contra cualquiera que se oponga contra sus intereses. Usa la guerra como herramienta para dominar; herramienta para someter y herramienta para acallar. Empezó una guerra que no concluirá porque su escudo protector no será suficiente. Su escudo protector llamado honestidad; su frase llamada detente enemigo que el corazón de Jesús está conmigo; no será suficiente para perder la guerra. Perderá porque ni el sagrado corazón de Jesús que usa de estampa de blindaje, permitirá tanta barbarie.

El jinete también viste de blanco. Haciéndose creer justo, aparece como una maldición del número 13; como un estigma de la bestia (666); ahora se llama 4T. Un número de la mala suerte que ha traído el caos, la decadencia y la obediencia. Un número vulgar que significa sometimiento, humillación y odio. La imagen viva de San Ireneo está en cada mañanera; su copia es San Juan Crisóstomo que en nuestro Estado surgió como réplica de aquel.

El Apocalipsis creado por la 4T no es el fin del mundo, ni es el fin catastrófico. No es un cataclismo ni la revelación. La 4T es una marca mal formada que no significa nada. Tan frágil como sus hombres, tan débil como su mente y tan vulnerable como sus actos.

Nada es invencible. Nada es infalible y nada es para siempre. No se asuste de quién gane o quién pierda; piense que el Apocalipsis solo es temporal y pronto vendrá la calma.