Se quitó la vida maestra en Tijuana que asesinó a sus hijos

Internas advierten que no reciben atención adecuada

Por Gabriela Martínez

Tijuana, 5 de mayo.- Zaira Viridiana, una joven maestra que asesinó a sus hijos el 2 de enero de 2021, se quitó la vida dentro del penal La Mesa -en Tijuana- el sábado pasado. Internas de la prisión narraron que desde hace una semana ya presentaba síntomas de depresión que se agudizaron.

Su cuerpo fue hallado en el área del baño. Según información de personal del Centro de Reinserción Social (CERESO) la interna utilizó ropa para asfixiarse.

“La escuchaba llorar”, cuenta una de las compañeras, “aquí con nosotras siempre fue amable y educada, siempre triste, pero convivía… pero hace como una semana escuchamos que en una llamada se soltó a llorar, alguien le reclamaba lo que había hecho”.

“Yo sé lo que hice, yo lo sé”, escuchaban sus compañeras que insistía en responder.

Zaira Viridiana, explica otra de las internas, aún se reprochaba el homicidio de sus dos hijos –de 4 y 9 años- a quienes asfixió con una almohada para luego intentarse quitar la vida, en aquel entonces sobrevivió y fue el padre de los niños, de quien se había separado quien reportó el hallazgo de los cuerpos.

No era la primera vez que la miraban llorar. En su celda o en el baño, espacios que compartía con otras internas, era común verla en ese estado. Desde que ingresó al penal no recibió visitas debido a las medidas sanitarias que implementaron las autoridades.

Durante su primera audiencia frente al juez el Ministerio Público informó el hallazgo de una carta dirigida a su ex pareja en la que Zaira no solo confesaba que ella había asesinado a sus hijos sino que se despedía, para después cortarse las venas, aunque las lesiones fueron superficiales.

La Comisión Estatal de Servicios Penitenciarios informó que la mujer se encontraba en valoración psiquiátrica y con atención psicológica, aún sin contar con un diagnóstico, pero internas del penal explicaron que no han recibido atención psicológica aun cuando lo han solicitado.

Una de las mujeres, que lleva alrededor de nueve años en prisión, dijo que desde hace tres años dejó de recibir el medicamento controlado que necesitaba, debido a que el siquiatra de ese entonces dejó de trabajar en el penal. A partir de esa fecha, explicó, no hubo nadie que continuara con su atención.

Las autoridades penitenciarias informaron que el caso fue turnado a la Fiscalía General del Estado para la investigación correspondiente.