Oposición: ¿incapaz o comparsa?
Las personas que resultaron electas lo hicieron con el respaldo de dos de cada diez ciudadanos bajacalifornianos
Octavio Fabela Ballinas
Tijuana.- Durante las elecciones quedó claro que la mitad de las personas que acudieron a votar no están de acuerdo con la manera en la que se está gobernando, las cosas pudieron ser distintas, pero nada cambió porque que los partidos de la oposición estaban más preocupados por mantener su registro que por ganar el proceso electoral.
Una vez concluida la captura de las actas del Programa de Resultados Electorales Preliminares nos damos cuenta de que las personas que resultaron electas lo hicieron con el respaldo de dos de cada diez ciudadanos bajacalifornianos, de ahí que resulta hasta ofensivo que el discurso oficial sea el de políticas públicas avaladas por los electores.
La apatía manifiesta de la ciudadanía para participar en el proceso electoral es una muestra fehaciente de qué los candidatos oficiales y la oposición, fueron incapaces de articular una propuesta lo suficientemente atractiva para lograr que los electores acudieran a respaldarlos con su voto.
Entender la causa del abstencionismo es materia de los estudiosos de la política electoral, hay quienes lo atribuyen a la movilidad poblacional propia de una entidad fronteriza, otros más reconocen que al ser la credencial para votar el documento de identidad con mayor aceptación para trámites, incluso bancarios, su utilidad real, que es la de ir a votar, no es tomada en cuenta al momento de solicitarla.
Lo cierto es que, durante las campañas políticas, en la calle, lo que se escuchaba eran debates tan simples como él que surgió para saber cuál de dos de las candidatas al gobierno de Baja California tenía mejor presencia física, controversias como esas que fueron impulsadas por el gobernador Jaime Bonilla y su equipo.
La simpleza con la que los ganadores de la elección dicen que son el resultado de la voluntad de las mayorías o que su propuesta política fue aceptada por la mayoría de la población, no es un buen presagio, en lo personal, espero que nos sigamos pareciendo una administración pública de ocurrencias y arrebatos como la que está actualmente en funciones.
Para nadie es un secreto que los partidos de reciente creación están ideológicamente más inclinados a quedar bien con el presidente de la República, sin embargo, el resto de la oposición se la pasó literalmente peleando por las migajas que caerían de la mesa de los ganadores que por integrar un bloque sólido que pudiera ser competitivo en las urnas.
En esa rebatinga “por lo que queda”, lo que parecía todavía hacia finales del año pasado, un bloque opositor competitivo, terminó en candidatos peleando por el segundo lugar, dejando de manifiesto que fueron más fuertes sus intereses que convertirse en una opción real en las elecciones.
Si los partidos de la oposición no pudieron ponerse de acuerdo para integrar una alianza electoral, difícilmente podrán hacerlo para convertirse en el contrapeso necesario en el Congreso del Estado y en los cabildos de los ayuntamientos, podríamos decir que aún están aturdidos y semi noqueados después de los resultados de la elección de 2018.
Con gobernantes electos sin la legitimidad que da la mayoría en las urnas y una oposición incapaz de agruparse y convertirse en contrapeso nos tocará vivir los próximos tres años, tiempo en el que la lucha por evitar arbitrariedades se tendrá que dar desde la sociedad ya que los partidos políticos mostraron lo mezquinos que pueden ser.
Ojalá y no enfrentemos, una administración de ocurrencias, demagogia y pocos resultados como la actual.