Violencia le deja “huevo en la cara” a Bonilla

Por Octavio Fabela Ballinas

TIJUANA, BAJA CALIFORNIA A 30 DE JUNIO DE 2021.- Durante la gira del presidente Andrés Manuel López Obrador al gobernador Jaime Bonilla se le ocurrió presumir qué en el estado que gobierna no hay violencia, e incluso en los días subsecuentes aprovecho para presumir que el mandatario se había ido feliz por las cosas que suceden en esta entidad, sin embargo, la realidad no tardó en arrojarle al mandatario estatal, como él lo dice, varios huevos en la cara.

El primer huevazo lo recibió casi en el mismo momento de estar presumiendo que en su gobierno hay paz social; mientras él pronunciaba su discurso resguardado en una instalación de la Guardia Nacional, en la colonia Alfa Panamericano de Tijuana un grupo de fieles escuchaba un servicio religioso dominical mientras a unos metros servicios periciales recogía un cuerpo calcinado a un costado.

Esos 30 segundos utilizados para justificar lo que no ha sido capaz de garantizarle a la sociedad, retratan de cuerpo entero lo que ha sido su mini administración: exceso de demagogia, distanciamiento con la realidad, culpar de todos sus errores al pasado y resultados que tienen que buscarse no con lupa, con microscopio, tan pobre está la cosecha de buenos resultados que necesita presumir, como un logro de su administración, la aplicación de las vacunas donadas por el gobierno de Estados Unidos.

Un segundo huevazo le apareció en el rostro al gobernador de Baja California el lunes por la mañana cuando se tuvo que cortar el suministro de agua potable a casi la mitad de Tijuana, su administración se ha dedicado a cobrarle a quien pueda el uso del agua potable, pero todavía no queda claro cuál es el destino del dinero que debería ser, en parte, para darle mantenimiento a la red hídrica.

Al momento de anunciar que tenía que cerrarse la llave del agua, la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana informó que ese repentino desperfecto surgió debido a la falta de mantenimiento de unas piezas del acueducto, justificando que se trataba de tornillos que tenían más de 40 años de haber sido instalados y entonces la pregunta es: ¿por qué no se le dio mantenimiento durante la época de menor demanda de agua? Dinero para hacerlo tiene el Gobierno, pues se ha cobrado demasiado o al menos eso es lo que presume el gobernador Bonilla.

Lo que sucedió la tarde de ayer a un costado de la Catedral, en el corazón del Centro Histórico de Tijuana, más que un huevazo podría ser un omelette completo. Ese solo hecho muestra que los criminales ya no solamente se están matando entre ellos, cómo ha sido la justificación por los más de mil homicidios que han ocurrido en esta frontera, demuestra que la violencia que niega Jaime Bonilla, ya alcanza a personas inocentes, gente trabajadora a la que simplemente le tocó la mala suerte de estar ahí.

El sitio donde sucedieron los hechos pudiera ser casual, es decir, por casualidad tocó que el enfrentamiento entre policías y un delincuente se diera a un costado de la Catedral Metropolitana, pero lo que originó el enfrentamiento no es casualidad, es el resultado de delincuentes que ya no se están peleando entre ellos; están atacando a personas inocentes y eso regularmente no sucede en una sociedad en la que existe paz social.

Los dichos de Jaime Bonilla lo único que muestran es que la realidad que pretende mostrar dura menos tiempo que el pavimento de las calles por donde circuló el vehículo del presidente de la República, cuando visitó la Unidad Deportiva en la colonia Sánchez Taboada.

El “Amigo Jaime”, como ahora pide le digan en los videos que presenta todas las mañanas, tardó 30 segundos en presumir algo que su Gobierno no puede garantizar, la realidad, durante 3 días consecutivos se ha encargado de desmentirlo, y lo deja, con también al mandatario le gusta expresar, con más de una cartera de huevos estrellados en la cara.