Administración de ocurrencias sin visión ni resultados

Por: Octavio Fabela Ballinas

TIJUANA, BAJA CALIFORNIA A 18 DE AGOSTO DE 2021.- El gobernador electo para encabezar la administración más breve en la historia de Baja California está a poco más de once semanas de concluir el periodo de dos años al frente del Poder Ejecutivo, los tres grandes retos que le tocó enfrentar no los atendió, homicidios, finanzas y el agua quedarán igual o peor que como los recibió.

Jaime Bonilla Valdés ha utilizado su posición como gobernador de Baja California para atender una agenda personal y electoral de la que es difícil encontrar alguna acción o decisión que se considere como legado de un hombre de estado, su visión es tan pequeña como el periodo de su gobierno, solo reacciona y pelea, sin la intensión de resolver la causa de los problemas.

Por ejemplo, en la administración del agua, le encargó la responsabilidad de encabezar el reto del abasto del recurso a un banquero experto en cobranza: Salomón Faz Apodaca. La falta de conocimiento en asuntos hídricos es equiparable con sus ocurrencias, de ahí que su primera gran decisión fue cambiar el color del tubo del acueducto.

Los cobros excesivos e injustificados a los usuarios son la constante, también el desabasto siempre con la justificación de que… ¡no hay dinero! El anuncio de la Comisión Internacional de Límites y Aguas de que se reducirá la cantidad de agua que recibe la cuenca del Río Colorado, principal fuente de abasto en Baja California, muestra que para la dupla Bonilla-Faz, lo importante es cobrar, nada más.

La disminución en la cantidad de agua que recibirá la cuenca es el resultado de la peor sequía en los 22 años que tiene de firmado el tratado internacional, algo que debió ser observado por la autoridad local para tomar medidas necesarias y sobre todo ahorrar agua, acciones que son aplicadas por estadistas y tal vez expertos en hidráulica… ¡no por cobradores!

Vayamos al otro asunto: los homicidios. Todos los días en su transmisión de redes sociales, el gobernador utiliza escasos minutitos, en ocasiones solo segundos, para informar que en el estado que gobierna se asesinaron a equis cantidad de personas, también presume que detuvo a narcomenudistas con algunas dosis personales de droga.

Según el gobernador, Jaime Bonilla, el Fiscal General, Juan Guillermo Ruiz Hernández, y todos los responsables de las policías municipales, el 90 y tantos por ciento de los homicidios que ocurren en el estado, tienen relación directa con la venta de droga en las calles. Justifican que “se están matando entre ellos”.

Si todos los homicidios tienen origen en el narcomenudeo, a lo que sumaremos que la Cruz Roja, solo en Tijuana ha duplicado el número de atenciones por sobredosis, no se necesita ser un experto para llegar a la conclusión de que el origen del problema son las adicciones y ese problema de salud pública no se atiende metiendo gente a la cárcel o decomisando “globitos”.

¿Sería mucho pedir que en este delicado asunto sí se aplique una visión de Estado?, las dependencias encargadas de atender el problema de las adicciones están relegadas a simples direcciones, en algunos casos, solo para cumplir con el requisito de tener responsables, pero no hay una política pública clara para atenderlas.

Fiel a su estilo del relumbrón, para el gobierno de Jaime Bonilla, urgido de que le rindan pleitesía, la respuesta está en algunas academias militarizadas… eso sí, que los planteles tengan el nombre de su padre, porque si no hay resultados, ¡algo debe dejar para la posteridad!…

Y en el caso de las finanzas, recibió un estado con deuda de 12 mil 200 millones de pesos, presume que no endeudó, que el manejo financiero fue el adecuado, que pagó rezagos a la UABC y a los maestros, pero la verdad es que dejará más grande el problema, se irá y la deuda que heredará es de 15 mil 500 millones de pesos…

Si debes más, significa que no pagaste y además pediste prestado, es simple. Su justificación es algo por demás absurdo ¡que la deuda la aprobó el Congreso del Estado!, exactamente el mismo grupo de diputados que le dieron trámite a todas sus ocurrencias y que, dicho sea de paso, las está tumbando la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

La lista de ocurrencias es larga, por ejemplo, que haya decidido plantar palmeras en la Vía Rápida en Tijuana pese a la observación de expertos que señalan que debieron ser plantas nativas de la región, pero como tardan más de los dos añitos de gobierno de Bonilla en crecer, ¡mejor unas ya grandecitas!… mientras duren en pie unos meses…

La administración que debió ser asumida como una etapa de transición, en la que se iniciar las políticas públicas que resuelvan problemas, está por terminar y queda como dos años de pleitos inútiles, ocurrencias y despensas, nada más.