Por: Octavio Fabela Ballinas
TIJUANA, BAJA CALIFORNIA A 4 DE AGOSTO DE 2021.- Casi de noche pasó la entrega del Segundo y último Informe de Jaime Bonilla, bastaron unos minutos con la prensa de la gobernadora electa Marina del Pilar para que los reflectores cayeran sobre ella y no apuntaran al documento que entregó el secretario de Gobierno a la recién instalada XXIV Legislatura.
Un vistazo rápido al apartado de Gobierno Austero y Hacienda nos muestra que en el segundo y último año de gobierno de Jaime Bonilla Valdés, el dinero de todos, se gastó principalmente en el malentendido desarrollo social. Más de la mitad, el 57 por ciento del presupuesto, según el informe, se destinó a Bienestar e Inclusión Social.
Para Jaime Bonilla, que gusta de desplazarse en un helicóptero que nos cuesta a todos, “el Pueblo”, ese al que dice escuchar y que le manda hacer todos los excesos que comete, somos una masa de personas que vivimos con la mano extendida, esperando que él se digne voltearnos a ver y nos entregue alguna dádiva.
Más de la mitad del presupuesto del gobierno gastado en ese malentendido desarrollo e inclusión social significa que, ante la imposibilidad de dar resultados en muchísimos asuntos pendientes, el dinero que debió gastarse en beneficio de la colectividad, se destinaron de manera individual a personas en un año de elecciones.
Lo único que presume Jaime Bonilla Valdés, todos los días, es la entrega de despensas en alguna comunidad, es lo que no le falla, pero omite mostrar el nivel de abandono que existe en el entorno de las casas donde entrega esas bolsitas con algunos productos básicos de la despensa, de hecho. El bienestar de las comunidades solo lo puso de nombre a una secretaría, porque no se ha materializado.
También el informe muestra que, en sólo un año, la deuda soberana de Baja California, es decir, lo que tendremos que pagar entre todos se incrementó en 37 por ciento… las letras chiquitas del informe dicen que el cálculo está hecho hasta el mes de junio… El informe dice que la deuda se incrementó en más de 361 millones pesos.
Una vez más, Bonilla aplicó su máxima de En Baja California, todos pagan… y ahora sí, ni cómo hacerle, ¡qué caras nos han salido las despensas!, porque de acuerdo con el informe la mitad del dinero que ha ingresado a las arcas públicas se ha gasto en dádivas disfrazadas de bienestar social.
Bienestar que es solo un decir, a las personas que les entrega una despensa el gobierno del Estado, se pudiera decir que ya está pagada, solo con el traslado hasta las instalaciones en donde las reparte… las que lleva a domicilio, esas que presume en sus videos, las entrega a familias que no viven en un ambiente de paz y tranquilidad.
Solo habría que agregar que cualquier descompostura que sufra la unidad en la que se desplazan las familias que beneficia con las despensas, fallas provocadas porque prefirió dádivas a inversión en obra pública, resultarán mucho más costosas que lo que ahorraron en los productos que reparte.
Lo bueno es que ya está por terminar la administración de ocurrencias, ahora habrá que estar atentos para saber en qué se gastó el dinero que pidió prestado.