Por Octavio Fabela Ballinas
TIJUANA, BAJA CALIFORNIA, A 8 AGOSTO DE 2021.- La decisión de colocar mil palmeras en la base de la canalización del Río Tijuana respondió a la intención de “que se vea que se hizo algo” y no a un programa de forestar la zona explicó Octavio López, director de Nación Verde MX.
En entrevista con Esquina 32, el activista señaló que en su lugar se debió decidirse por arboles nativos para asegurar su crecimiento.
Refirió que ya existe la experiencia de la invasión que se hizo para colocar ese mismo tipo de palmeras en los costados de la Avenida Internacional, de las casi 700 plantas que se colocaron, sólo una sobrevive y eso se debe a que como no son vegetación nativa de la zona, es difícil que logren adecuarse a las condiciones del terreno y el clima.
“Una propuesta para la vía rápida, hubiera sido poner plantas nativas, como sucede en San Diego, los árboles que están allí son la planta nativa que se ven muy bonitos, pudimos haber hecho algo así, pero como se quería algo grande que se vea, en lugar de las plantitas nativas que serían chiquitas, por lo pronto, eso fue lo que empujó no decir vamos a hacer esto”, dijo.
Asimismo, advirtió que el futuro de las mil palmeras es incierto, principalmente porque se utilizó una técnica inadecuada para colocarlas “le pusieron un plástico impermeable y luego grava, eso evita que el intercambio de oxígeno y cuando caiga agua lo avienta de regreso a la calle junto con todos los sedimentos”.
“Además, cuando las movieron o sea cuando instalaron, primero las pelaron, a un árbol le debes quitar el 30 por ciento de su vegetación, a estas de la vía rápida les arrancaron el 80 por ciento y el cepellón (la tierra acumulada en la base) es nulo, además de que las plantaron abajo del cuello de la raíz, lo que complica aun más su posibilidad de vida”, mencionó.
En observación del activista, algunas de las palmeras que lucen a un costado de la vía rápida lucen con sufriente energía para reventar el fondo de plástico impermeable y alcanzar los nutrientes que hay en el suelo de la canalización “que finalmente no deja de ser un río”, pero en el corto plazo estimó que morirán un 20 por ciento de ellas.