Niños expuestos a violencia: Enfermos y depresivos
La psiquiatra Graciela Jiménez habla de la atención mental que deben recibir menores que presenciaron hechos violentos o que son hijos de personas con problemas de adicción.
Por: Korina Sánchez S.
TIJUANA, BAJA CALIFORNIA A 22 DE SEPTIEMBRE DE 2021.- Los niños que son expuestos a un suceso violento tienen problemas de salud, suelen ser depresivos y se convierten en adultos con problemas para mostrar su potencial, destaca la psiquiatra del Hospital de Salud Mental de Tijuana, Graciela Jiménez Trejo.
Un caso reciente de violencia en Tijuana ante un menor, fue el homicidio de un hombre que, mientras tomaba la mano de su menor hijo se encontraba en el interior de un local de un conocido mercado local, recibió varios proyectiles de arma de fuego que le provocaron la muerte.
“Él presenció lo que es un acto muy, muy violento. En ese caso estuvo bien lo que hicieron de retirarlo y distraerlo. El niño puede entender lo que es la muerte, antes de los siete años empiezan a entender este concepto”.
La consecuencia para un menor que sufre de un trauma de ese tipo (presenciar la muerte de su padre) puede ser el desarrollo del estrés agudo, que es el miedo intenso.
“Después de un mes, si los síntomas persisten puede que el niño tenga un estrés postraumático. Puede que el niño juega de forma violenta, que está matando”.
Pero la detección del estrés en el menor debe ser diagnosticado a tiempo, para evitar consecuencias mayores, a largo plazo y que persistan en la adultez.
“La mayoría de los pacientes que vienen a consulta, hablando de pacientes adultos, les preguntamos sobre los síntomas desde cuando los tiene y la mayoría nos comenta algo en la infancia”.
“Puede ser que fueron violentados o hubo alguna pérdida, pero casi siempre hay algo no resuelto. Pero los que llegan a perpetuarse por más tiempo fueron durante la infancia y que no se trataron o no se les dio la importancia”.
La especialista recomienda no minimizar los casos posiblemente traumáticos y acudir a consulta psicológica para valoración y tratamiento adecuado porque se puede generar una depresión.
Y una depresión no tratada por mucho tiempo ocasiona un desgaste en el organismo: Hay mayor predisposición en enfermedades crónico-degenerativas. Además, el trauma evita que las personas violentadas sobre salgan en la vida personal y laboral.
“No tenemos esta cultura de: oye, me siento mal, ¿Qué decimos?, vamos a ponernos una buena, o ponte a leer o estudiar”.
- Los síntomas
La psiquiatra del Hospital de Salud Mental de Tijuana explica que otro de los caminos que pueden tomar los menores que son expuestos a la violencia constante o a un suceso traumático es normalizar los abusos, para evitarlo, dijo que hay que estar pendiente de los síntomas que pueden mostrar.
Cuanto más pequeños son los niños, los síntomas son somáticos, como dolores de estómago, cabeza o problemas para dormir.
“La sintomatología psicológica es depresión y ansiedad, solamente que es difícil para ellos nombrarlo de esta manera, entonces, son síntomas físicos”, explicó.
Los síntomas se agravan cuando los menores son víctima de violencia física o negligencia, al tener desnutrición y lesiones como quemadas, cortadas, moretones o fracturas.
“Vemos berrinches, que son catalogados así a los niños, no es que no quiera hacer caso, pero es la forma de manifestar esta ira, enojo y empieza con problemas de no acatar órdenes”, detalló.
Además del mal comportamiento está el bajo rendimiento escolar y el trastorno del sueño, con las pesadillas angustiantes y repetitivas.
“Muchas veces los síntomas no son tan obvios, no es esa tristeza, ese llanto”, expuso la especialista.
Uno de los problemas a largo plazo para los niños y adolescentes víctimas de violencia física o psicológica es normalizarla; representa un peligro para la vida de la persona y quien le rodea.
“A lo mejor el niño está muy vinculado con la persona que le está ejerciendo la violencia y al contrario, empezamos a normalizar la conducta. Ese círculo de violencia es difícil de romper”.
- Tratamiento
Debe ser integral el tratamiento para la recuperación de los niños víctimas de violencia, la doctora recomienda en primer lugar poner atención en la seguridad de los menores.
“A veces decimos: hay que encarcelar a la otra persona (el abusador), hay que demandar, pero, ¿Estoy en un lugar seguro? ¿tengo algún familiar con el que me pueda ir o alguna asociación?”.
Jiménez Trejo recomienda la terapia familiar para no justificar ni normalizar la violencia familiar, en la que se determine por qué existe la violencia y separar a los niños víctima.
“(La violencia) trae problemas de depresión, problemas no resueltos, también requiere un tratamiento individual en psicoterapia como farmacológico”.
Qué tanto o qué tan pronto se pueden recuperar las victimas depende de la detección temprana, resalta la especialista.
- En manos de padres adictos
Los menores que viven con padres o tutores adictos a alguna droga o relacionados con el narcomenudeo sufren de varios descuidos, incluso, hay casos en los que pierden la vida.
de dos hermanos de tres y ocho años de edad que fueron calcinados en enero del presente, en la colonia Aguaje de la Tuna, porque su padre tenía una deuda de 500 mil pesos con personas vinculadas al Cartel de Sinaloa, de acuerdo con el fiscal General del Estado (FGE), Hiram Sánchez Zamora.
“Si la persona no cumple con obligaciones económicas, el menor a su cargo va a tener carencias y va a generar depresión, ansiedad, porque carece de alimento, de ropa, de las cosas que debiera proveerle como adulto”, explica la psiquiatra.
En caso de que el adicto no sea violento, el niño puede normalizar la conducta e iniciar a temprana edad el consumo de drogas.
Pero las drogas también pueden generar síntomas psicóticos, es decir, llevar a las personas fuera de la realidad y ser violentos en ese estado.
“Bajo la influencia de la droga cometo el acto porque no sabía lo que estaba haciendo”.