Legado de división y deudas

Por: Octavio Fabela Ballinas

TIJUANA, BAJA CALIFORNIA A 6 DE OCTUBRE DE 2021.- A la administración de Jaime Bonilla le quedan 24 días y lo que vemos en los últimos días lo podemos entender como un presagio de lo que va a entregarle a la gobernadora electa Marina del Pilar Ávila: división y deudas.

Alejado hasta del partido que lo impulsó hasta llegar a la gubernatura, los arranques de Bonilla Valdés dejan un estado dividido, con alcaldes que empiezan a pintar su raya con el Congreso y en clara señal de que también lo harán con la próxima gobernadora.

Dejará una administración endeudada de acuerdo con lo que hemos visto en el arranque de esta semana, le debe a los maestros, a los ayuntamientos y a la Comisión Federal de Electricidad y a otras empresas de energía, además de pasivos con muchos proveedores.

La deuda total del estado de Baja California que heredará Jaime Bonilla Valdés es del orden de los 30 mil millones de pesos, cantidad que compromete buena parte de los ingresos que se estiman pueda recaudar la administración encabezada por Ávila Olmeda el próximo año.

Los 30 mil millones de la deuda que le dejará a la gobernadora Marina, están estimados hasta este mes y según parece, no contemplan todavía el dinero que deberán regresarle a las empresas a las que vía Fisamex extorsionaron con el asunto de las conexiones de agua.

El cálculo que hace la administración que recibe es que, de los 30 mil millones de deuda, 15 mil se deben a los bancos, y los restantes, son resultado de un gobierno que presumió con el lema: ¡Aquí todos pagan… menos él!, Bonilla salió tan malapaga que ya acumula 15 mil millones en deudas…

Las finanzas complicadas que tendrá que resolver el equipo de Marina del Pilar, se equipara al ambiente político que pretende dejarle Jaime Bonilla que todavía no puede superar la cachetada que le dio la Suprema Corte al negarle su pretensión de gobernar 5 años.

Habrá que estar atentos a lo que suceda a partir del primero de noviembre, cuando Jaime Bonilla deje de ser gobernador y se convierta en el recuerdo de una administración de la que se esperaba mucho y que lamentablemente no hizo casi nada.

Lo que resta del mes, seguramente veremos muchas manifestaciones, como la que ya están organizando en contra de la CFE que convoca Sergio Tamai, el mismo líder que fue tres días seguidos a aventarle huevos y agua cuando el asunto de la caseta de Playas de Tijuana.

También veremos la postura de los alcaldes de Tijuana, Tecate, Ensenada y Rosarito que ahora unidos en algo que llaman Comunes, ya pintaron su raya con el Congreso no afín a Bonilla, pero no le exigen al gobierno que les pague lo que les debe de participaciones.

¿Y los partidos políticos?

Mientras todos forman frentes y comités, habrá que preguntarnos ¿Y los partidos políticos?, la respuesta merecería un comentario aparte porque la formación de grupos para exigir y hacer política es una muestra clara que los institutos, que nos cuestan a todos, no están haciendo su trabajo, no representan a nadie, por eso nadie los busca.