Por Lourdes Loza Romero
TIJUANA, BAJA CALIFORNIA A 26 DE OCTUBRE DE 2021.- A veces la justicia se siente cercana. Se cree posible cuando se aplica una amonestación a quien comete un delito, agreda, viole, o mate a una mujer.
La semana pasada se le dictó sentencia a Sergio Enrique Sánchez Dueñas, feminicida de la joven Valeria Ahumada Jauregui. Tres años después su familia siente un poco de paz, aunque consideran que los más de 40 años de prisión no le regresaran a la vida a su amada hija, hermana, sobrina, es una justicia por la que no pararon de luchar en estos años.
La defensa de Sergio Enrique lo intentó todo, pero las pruebas fueron contundentes. Esa noche de abril de 2018 empuñó un pedazo de vidrio en contra de Valeria, quien en ese momento era su pareja sentimental, le provocó más de 20 heridas y la dejó desangrarse en una vivienda en construcción, en una colonia popular de Mexicali.
Todavía mintió al día siguiente. Aseguró que Valeria habría salido por su propia cuenta de su casa e inculpó a un conductor de una plataforma digital, mientras intentó huir al estado de Sonora.
Pero a pesar de todo, hoy cuenta con una pena de 42 años de prisión. Es una sentencia que podría mandarle un mensaje a todo aquel que mate a una mujer: existe la posibilidad de que se haga justicia y que terminen su vida en una celda.
También se siente la justicia en el caso de abuso sexual del instructor de baile que se aprovechó de sus alumnas menores de edad. Esto ocurrió en el mismo año que Sergio Enrique mató a Valeria, en 2018 Christian Daniel daba clases de baile en una escuela Tijuana donde convivía con menores de edad, así conoció a Fernanda.
Christian engañó a Fernanda y le hizo creer que tenía una relación sentimental para manipularla y obligarla a tener sexo con él. Ella tenía 13 años y él 20. La violentó sexual y psicológicamente, e intentó aislarla de su familia y amigos.
Cuando Fernanda pudo salir de esa relación, se reencontró con su familia y les compartió lo sucedido. En su camino de sanación conoció a Mercedes, otra chica de su edad que vivió la misma experiencia con Christian, casi al mismo tiempo.
Ambas interpusieron una denuncia en el Ministerio Público y a finales de 2019 hicieron públicos sus casos cuando supieron que su agresor huyó a Estados Unidos. Por un año estuvieron esperando que la justicia se hiciera presente, hasta que el pasado 6 de octubre Christian fue detenido en una visita que hizo a la ciudad.
Ahora se enfrenta a cuatro carpetas de investigación por abuso a menores de edad, ya fue vinculado a proceso por una de estas carpetas. Fer y Mercedes ya sienten un poco de tranquilidad, pues se le aplicó la medida cautelar de prisión preventiva mientras lleva el proceso judicial.
Ni Sergio Enrique ni Christian Daniel van a volver a tocar a una mujer en muchos años. No van a agredir, ni a violar, ni a matar a nadie más, porque la justicia se acercó y abrazó a sus víctimas, también protegió a otras mujeres que estuvieron en peligro por estar cerca de ellos.