Por Octavio Fabela Ballinas
TIJUANA, BAJA CALIFORNIA A 27 DE OCTUBRE DE 2021.- La conclusión a la que llegan los líderes de sectores empresariales en Tijuana es que, para recuperarse de la desastrosa situación económica con la que entregará la administración Jaime Bonilla Valdez, es necesaria la unidad y es ese factor, el de unir para alcanzar una causa común, es el que nunca vimos se promoviera durante el gobiernito que termina el domingo.
Con una administración 35.9 por ciento más endeudada, deficiente abasto de medicinas, un estado dividido en donde los ciudadanos pasamos a ser de segunda clase según los caprichos y arrebatos del gobernador y, sobre todo, más de 5 mil familias enlutadas por la violencia que no supo contener, el próximo domingo, por la noche, dejará el gobierno Bonilla Valdez.
De sus proyectos, que no obras insignia, el circuito vial en Tijuana y la planta fotovoltaica en La Rumorosa, bastó una semana para venirse abajo, primero el presidente anunció que sería el gobierno federal el que ejecute la obra vial planeada desde el gobierno de Francisco Vega y ayer, el director de la CFE, Manuel Bartlett, les explicó a los diputados que la generación de la energía se realizará desde un complejo solar en Sonora.
Con estos dos huevos en la cara le dicen adiós al gobernador electo para dos años en el cargo que intentó, por todos los medios, quedarse cinco.
Utilizando su estilo de mezclar la jerga del beisbol para explicar las cosas, el presidente y el director de la CFE le lanzaron dos strikes cantados, el domingo próximo, pasadas las cinco de la tarde, escuchará el tercero y se irá ponchado.
Ojalá que, a partir del próximo lunes, cuando ya Jaime Bonilla esté en el hule, en la Renata o como usted le quiera llamar al desempleo en la administración pública, los ciudadanos empecemos a percibir cambios en la manera de hacer gobierno. Dos años de arrebatos ya fueron mucho tiempo.
En esta necesidad de cambiar, es de esperarse que se llame a cuentas a Jaime Bonilla Valdez, pero no con arrebatos legales como los que él quiso hacer y no prosperaron, se trata de que enfrente a la Ley que tanto se empecinó en modificar y adaptar a sus caprichos y deseos y no a las necesidades de todos.
En el tiempo que llevo viviendo en Baja California, no me había tocado que a un gobernador le aplicaran la cuenta regresiva para que deje el cargo, ni a Oscar Baylón Chacón, Ernesto Ruffo, Alejandro González, Eugenio Elorduy o Francisco Vega la gente se notaba ansiosa porque terminaran el periodo para el que fueron electos o designados por el Congreso.
Como a un boxeador en la lona, a Bonilla Valdez, en la calle, si es que se anima a recorrer las calles, podrá escuchar la cuenta final.
Ya vamos en el número 5, ayer pataleó con la expropiación de los terrenos de la Liga de Beisbol de Playas de Tijuana. Esperemos que en estos cinco días que le quedan no siga con sus desplantes.
Las noticias de la última semana, que le echan por tierra sus obras icónicas, deben tenerlo muy molesto, frustrado diría yo. Ojalá y no quiera que paguemos los ciudadanos los platos rotos. Ojalá. Ya casi se va y eso es muy bueno.