Narco expulsa michoacanos y guerrerenses; abarrotan refugio en Tijuana

Por Gabriela Martínez

TIJUANA, BAJA CALIFORNIA A 17 DE DICIEMBRE DE 2021.- La mitad de los casi 600 migrantes que se alojan en uno de los albergues con mayor espacio en Tijuana son mexicanos de Guerrero y Michoacán que fueron expulsados de sus estados de origen por los grupos del crimen organizado, cuyo propósito es controlar y apoderarse de las tierras.

Se trata de Agape Misión Mundial, un albergue para migrantes instalado cerca del Pacífico, en la periferia de la ciudad. Allí, en las inmediaciones de un relleno sanitario el director del refugio Albert Rivera instaló un espacio en el templo, para recibir a decenas de familias que ahora se han convertido en cientos.

Una breve encuesta realizada por el director a 146 migrantes alojados en el albergue –de Michoacán y Guerrero- arrojó que la mayoría de las familias escaparon debido, principalmente, a: familiares asesinados, secuestro, extorsiones o desapariciones. De los caso 150 encuestados 76% partieron por alguno de esos motivos.

Otros menos lo hicieron porque algún familiar fue víctima de abuso sexual o trata de personas, por represalias tras haber denunciado en el Ministerio Público o ellos mismos sobrevivieron a algún ataque armado.

Alicia y Pedro forman una de las familias que dejaron Michoacán. Eran dueños de la tierra que producían en una comunidad en Michoacán, cerca del puerto de Lázaro. Justo al ser un espacio próspero que mantenía negocios con empresas extranjeras a las que les vendían mineral para construir metal, grupos criminales vieron una oportunidad.

Primero les pidieron dinero para dejarlos trabajar hasta que un día los secuestraron y, a punta de pistola y bajo la amenaza de matar a sus hijos y a su esposa, le pidieron a Pedro que les cediera sus tierras. Y así lo hizo.

“Le dije ‘sabes qué, vámonos’ él se quería quedar pero le digo ‘vámonos, vámonos, no les firmen nada, no les firmen nada, vámonos… vámonos, no le firmes nada’… de todos modos si tú te quedas y les cedes te van a matar no te van a dejar vivo, te van a matar. Y dice él (su esposo) ‘Vámonos pues, vámonos’, y dice ‘Pa’dónde’ y le dije ‘no sé vamos a pedir asilo, vamos a la frontera, no sé’”, narró Alicia.