Por Octavio Fabela Ballinas
TIJUANA, BAJA CALIFORNIA A 8 DE DICIEMBRE DE 2021.- El distanciamiento por cuestiones de afinidad política es claro entre la gobernadora Marina del Pilar Ávila y la alcaldesa de esta frontera Montserrat Caballero, de hecho en sus declaraciones, quien pinta su raya con mayor claridad es la presidenta municipal que continúa afín a los que gobernaron mal y ya se fueron.
La distancia por cuestiones de afinidad política entre quienes han encabezado el ayuntamiento de Tijuana y los gobernadores en la historia reciente no es algo novedoso, tenemos el ejemplo de la tenían el exalcalde Jorge Hank Rhon con el exgobernador Eugenio Elorduy Walter, uno del PRI y otro del PAN, la revancha partidista se notó en el monto de inversión en obra pública.
En ese tiempo y como parte de no ser todos los presidentes municipales del mismo partido que el del gobernador se creó la tristemente célebre Policía Estatal Preventiva, es decir, el gobernador Elorduy Walter tenía que coordinarse con los alcaldes priístas de Tijuana, Tecate y Mexicali, como no lo quiso hacer, mejor creó su propia policía.
Y así, en Tijuana padecimos las diferencias políticas que en su momento tuvieron los exgobernadores José Guadalupe Osuna Millán con el alcalde Carlos Bustamante; Francisco Vega le hizo el feo a Jorge Astiazarán Orcí y después fue complaciente de más con su compadre Juan Manuel Gastélum.
El colmo de las diferencias políticas que afectan a los ciudadanos fue la que sostuvieron Jaime Bonilla y Arturo González Cruz, con ellos se inauguraron los pleitos entre gobernantes que fueron postulados por un mismo partido político, en este caso fue una cena de Morenos que todavía no termina.
El distanciamiento evidente entre la gobernadora Marina del Pilar Ávila y la alcaldesa Montserrat Caballero, de mantenerse acarreará mayores problemas para los ciudadanos, aquí habrá forzosamente que exigirles, a las dos, que dejen de lado sus problemas que rayan en lo personal para evitar que continúe el deterioro en la ejecución de obras y la prestación de servicios a los ciudadanos.
Podríamos decir que el primer round de esta lucha política ya lo ganó la gobernadora al conseguir que se aprobara su modelo de seguridad pública, de hecho, si la iniciativa se hubiera discutido en el Cabildo de Tijuana es muy probable que hubiera contado con el respaldo de los regidores pese a que la alcaldesa se ha pronunciado en contra.
Luego de que prosperó la reforma constitucional se confirmó la renuncia del Fiscal General que cayó mal en el ánimo de la señora Caballero que ayer decidió comenzar a romper con algunos diputados que la buscaron para tratar asuntos distintos, hay un caso de uno al que le recogió árboles que serían donados durante una jornada comunitaria.
Ahora está sobre la mesa, en el Congreso del Estado, la iniciativa de elevar a rango municipal la Zona Este de la ciudad, propuesta que para actores económicos podría no ser la solución al rezago en el que viven los ciudadanos en esa zona de la ciudad, pero nadie sabe mejor que la alcaldesa Montserrat que si los diputados actúan por consigna, como ella lo hizo en su momento, entonces podría nacer la Nueva Tijuana.
Con independencia de la viabilidad de la propuesta, hay que reconocer que políticamente la fuerza electoral de Morena radica en la Zona Este de la ciudad, es decir, en lo que quedaría de la ciudad sería complicado que la señora Caballero Ramírez pueda, en su momento, reelegirse para un segundo periodo como presidenta municipal de Tijuana.
También vería cercenado el presupuesto y sobre todo las participaciones federales, pero esto es solo una iniciativa a la que todavía le falta un buen trecho, pero que sí será una nueva arena en la que seguramente, veremos como crece la distancia entre las señoras Marina y Montserrat, en un pleito en el que ambas no ganan nada y los ciudadanos saldremos perdiendo, la historia ya nos demostró que así será.
Por cierto y ya para terminar ¿a mediar entre las señoras viene el presidente de la República este fin de semana?