Por: Octavio Fabela Ballinas
TIJUANA, BAJA CALIFORNIA A 11 DE FEBRERO DE 2022.- Un grupo de centroamericanos que se resistieron a ser reubicados en El Barretal hace tres años montaron el comedor Contra Viento y Marea, gracias a la solidaridad de organizaciones recuerda Devi Machete, una de las 11 voluntarias que atienden el lugar.
En la zona Norte de Tijuana se ha mantenido activo para ofrecer servicios a personas en contexto de movilidad, LGBTI en situación de calle y de escasos recursos.
“Los creadores fueron jóvenes migrantes centroamericanos que llegaron con la caravana en noviembre de 2018, salimos adelante con la colaboración de migrantes voluntarios, la comunidad que nos apoya y las alianzas que tenemos con asociaciones civiles de ambos lados de la frontera, que nos apoyan con donaciones de comida y ropa”, dijo.
“Las personas que vienen a comer son migrantes de los albergues que viven en la comunidad, refugiados que vienen de todo el mundo, personas en situación de calle, deportados desde Estados Unidos, personas con discapacidades mentales y físicas y de la comunidad LGBTI”, explicó mientras entregaba algunos platos de comida a las personas que llegaban a la puerta.
Además de alimento, también ofrecen otro tipo de servicios y productos esenciales, como artículos de higiene, ropa, productos medicinales para revertir las reacciones al opio.
“Hemos pasado por retos tremendos, sobre todo por la contingencia del Covid-19, pero hemos salido adelante gracias a las personas de esta comunidad y otras organizaciones; nosotros somos un grupo que depende de donaciones pequeñas para toda la labor que hacemos, por eso invitamos también a que nos ayuden a ayudar”, expresó.
En Contra Viento y Marea también ayudan a los migrantes a encontrar alojamiento de emergencia y los canalizan para recibir asistencia legal y psicológica.