Por Octavio Fabela Ballinas
TIJUANA, BAJA CALIFORNIA A 17 DE FEBRERO DE 2022.- Manifestantes que esperaron casi cinco horas a que saliera el presidente Andrés Manuel López Obrador del cuartel en la colonia Morelos, se dedicaron a gritarse insultos y consignas entre ellos mismos.
La salida del mandatario fue accidentada, los pocos manifestantes que quedaban se arremolinaron frente al vehículo que lo trasladaba con la esperanza de entregarle algún documento, mientras otros lanzaban vítores y hubo quienes incluso gritaron Justicia para Margarito, fotoperiodista asesinado hace un mes en esta ciudad.
La espera para los manifestantes fue larga, algunos llegaron desde las 6 de la mañana, aunque fueron pocos los que aguantaron hasta pasadas las 10 que fue cuando el convoy en el que viajaba el mandatario abandonó la instalación militar en la que ofreció su habitual conferencia matutina.
En el transcurso de la mañana, los periodistas que cubrieron la visita presidencial en el exterior se reunieron para leer un posicionamiento en el que exigen justicia por la muerte de cinco colegas que han sido asesinados en lo que va de este año, dos de ellos en Tijuana, el acto se realizó mientras en el interior del recinto se informaba sobre la investigación por el asesinato de Lourdes Maldonado.
Entre los manifestantes estaban vecinos de las colonias La Morita I y II a quienes el Ejido Rojo Gómez pretende cobrarles por los lotes que ya pagaron a la extinta Inmobiliaria Estatal, exigiendo que se expropien los predios para poder escriturarlos, entre sus consignas criticaban a los funcionarios federales Alejandro Ruiz Uribe y Gilberto Herrera.
La discusión subió tono cuando de pronto llegó un grupo apoyando a los funcionarios señalados, entre grupos comenzaron a lanzarse gritos e insultos unos criticando a los responsables de la Secretaría de Bienestar y otros defendiéndolos, así se mantuvieron por casi media hora.
Al fondo de la calle estuvo un grupo de maestros jubilados de Ensenada que reclamaban falta de atención del Instituto Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, así como también pescadores y la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación reclamando porque no se cumple con la basificación tras seis meses de trabajo.
En la acera opuesta al Cuartel, la ex secretaria de Honestidad y la Función Pública arribó con un contingente de 50 personas que criticó la forma en la que está trabajando la actual administración estatal y entre sus expresiones de rechazo, quemaron una piñata amarilla a la que le colocaron la cara de la gobernadora Marina del Pilar Ávila.
Una de las primeras en llegar fue la señora Viridiana Valdés Burgada, madre de la niña Camila que fue sustraída por su padre desde mediados de enero, junto a su hermana esperó hasta la salida del mandatario para solicitarle su intervención para recuperar a su hija.