Por Octavio Fabela Ballinas
TIJUANA, BAJA CALIFORNIA A 2 DE FEBRERO DE 2022.- Unos meses después de que la ladera de Lomas del Rubí se desplomó la madrugada de 2 de febrero de 2019, un documento oficial elaborado por el gobierno municipal de Juan Manuel Gastélum Buenrostro señaló que hubo responsabilidad de la empresa Grupo Melo que hizo un corte deficiente y provocó que cientos de familias perdieran sus casas.
Desde entonces, los afectados han buscado justicia, luego de ser literalmente utilizados por gobiernos emanados de Morena para mostrar un rostro amable, les entregaron a algunos unas casitas construidas con recursos públicos, pero todavía hay un grupo que sigue exigiendo que quien es señalado como responsable responda por los daños y perjuicios que les causó.
En la entonces Procuraduría General de Justicia y ahora Fiscalía General del Estado, las indagatorias no avanzan y el caso, sospechosamente, luego de cuatro años no se ha judicializado, a los responsables de investigar no les han alcanzado mil 460 días para hacer un peritaje que sirva para demostrarle a un juzgado que existen responsabilidades.
La imagen de las casas derrumbadas ha servido para que tres gobernadores, tres alcaldes y muchos diputados en campaña se tomen la foto y prometan que esas personas que quedaron sin su patrimonio tendrán justicia, pero su intención de llegar al fondo de lo que realmente sucedió allí dura el mismo tiempo que el obturador tarda en captar la luz que se convertirá en imagen.
La tardanza en las investigaciones sobre el derrumbe de la ladera en Lomas del Rubí son un claro ejemplo de lo inoperante que es el sistema de procuración de justicia con el que vivimos, así de tardado es, por ejemplo, que en cualquier agencia del Ministerio Público te reciban una denuncia por cualquier delito.
El sistema funciona sin investigar solo esperando a que el tiempo haga su parte y que quién es víctima de un delito se resigne. Actúa indolente, ineficaz, carente de todo y sin resultados palpables. Solo los casos que son mediáticamente muy impactantes son los que albergan una esperanza de ser resueltos algún día. Esperanza, pero no certeza.
Cobijados con el discurso de que se debe mantener el sigilo para garantizar el debido proceso, los responsables de frenar la impunidad con la que se cometen delitos en Baja California, callan, se ocultan detrás de la retórica fácil para no tener que mostrar, como todos lo debemos hacer cuando nos pagan, avances y metas cumplidas.
Los cuatro años de impunidad que ha vivido el caso de Lomas del Rubí son un claro ejemplo de que las instituciones, llámense como le pongan, no hacen su trabajo, no investigan y no son capaces de mostrar resultados porque no los tienen o no los quieren tener.