Por Octavio Fabela Ballinas
TIJUANA, BAJA CALIFORNIA A 9 DE FEBRERO DE 2022.- El pasado cuatro de febrero se cumplieron cinco años de que el cuerpo de Memffis fue encontrado tirado en un lote baldío, a la niña la localizaron luego de cuatro meses en los que la madre y la sociedad la buscó, la autoridad solo hizo acciones para justificarse y tras el hallazgo prometió que el crimen y abuso sexual en contra de ella, no quedaría impune.
Cinco años después de que encontraron el cadáver podemos restregarle en la cara a quienes estuvieron y siguen involucrados en la procuración de justicia, que el caso de Memffis sigue impune, la madre de la niña ya no está en la ciudad y quienes la mataron y abusaron de ella siguen tranquilos en la calle con la posibilidad de cometer otro delito semejante.
En su momento coordinador de Investigaciones Especiales de la Procuraduría General de Justicia de Baja California, Miguel Ángel Guerrero Castro, declaró a la prensa que para él era más importante esclarecer el caso de la niña Memffis que los asesinatos de 50 narcomenudistas, el tiempo nos dice que no esclareció ni uno de los 51 casos.
El caso que en cinco años no ha sido resuelto es una fotografía de la impunidad con la que tenemos que cargar los ciudadanos en Baja California, en todos y cada uno de los homicidios que suceden en la entidad, siempre escuchamos la frase “no quedará impune” como salida fácil de los responsables de procurar justicia, eso es solo un dicho y salida fácil ya que sí hay impunidad y grave.
Aunque no hay resultados, las mismas personas que no los entregan, siguen dando vueltas en las instituciones responsables de procurar justicia, se están reciclando pese a que no ofrecen garantía de justicia. Tenemos una justicia que, aunque le cambien el nombre y los métodos de selección, sigue siendo la misma gata, solo revolcada.
En cinco años a la niña Memffis no le han hecho justicia y las veces que funciona la procuración es remota, solo aquellos casos en los que los indicios son simples de seguir se logran capturar al responsable, pero esos son muy pocos, excesivamente pocos. Solo este año en Tijuana nada más hay 173 familias que exigen justicia porque uno de sus miembros murió asesinado.
Mientras se sigan reciclando a los funcionarios de procuración de justicia, por la causa que sea, será imposible terminar con la impunidad y si se mantienen impunes los delincuentes entonces seguirán cometiendo delitos y este será el cuento de nunca acabar. El que asesinó y quien abusó sexualmente de Memffis están en libertad y eso es un riesgo latente para las niñas.