Secundaria en Tijuana obliga a alumna a cortarse el cabello

Por Gabriela Martínez

TIJUANA, BAJA CALIFORNIA, A 29 DE MARZO DE 2022.- Personal educativo de la escuela secundaria #15, ubicada en la delegación Otay Centenario, obligó a una alumna a cortarse el cabello a pesar de que la acción es un acto de discriminación y una violación al derecho al libre desarrollo de la personalidad, de acuerdo con una sentencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

Alicia, nombre falso para no identificar a la menor, desde que asistía a primaria se identificó con el género femenino y, en la adolescencia asumió su identidad como niña transgénero. Fue durante las clases en casa, debido a la pandemia, que por primera vez dejó crecer su cabello hasta el hombro.

“Durante mis años de pandemia la única libertad que tuve que antes no fue la de conservar mi cabello, lo había cosechado y cuidado desde de las primeras semanas que me colgaba de la cabeza hasta que por fin pude tener un parecido total con lo que me identifico”, narró la joven a Esquina32.

Durante el confinamiento Alicia escuchó que en México existía ya una ley en donde era obligatorio respetar el derecho al libre desarrollo de la personalidad, es decir, entre otras cosas los reglamentos escolares que condicionaban el ingreso a cortes de cabello, uso de accesorios, incluso tatuajes, debían ser eliminados por ser ilegales.

Desde 2021 el sector educativo circuló el Protocolo de Protección a Niñas, Niños y Adolescentes en Materia de Seguridad Escolar con el fin de proteger el derecho humano al proteger el Derecho Humano al Libre Desarrollo de la Personalidad, avalado por el Estado Mexicano en base a acuerdos internacionales.

Con el regreso a clases, Alicia decidió recoger su cabello para no llevarlo desordenado y ni tener problemas, pero desde el primer día le llamaron la atención justo al entrar al plantel escolar y una segunda y última vez cuando su prefecta habló directamente con ella.

“La primera solo me dijeron que para el siguiente lunes tenía que llevar el corte escolar. La segunda fue cuando le hablé a la prefecta sobre con que me identifico y si eso cambiaba las cosas, lo aceptó pero de todas maneras tenía que cortarme el cabello”, lamentó. Aun cuando su tutora habló con la persona a cargo de la escuela no hubo cambios en la decisión. Al día siguiente de la reunión llegó con un corte a ras.

“El día de la mujer fue en el que menos parecía mujer”, platicó Alicia.

Alicia guarda un cepillo para el cabello que le regaló un familiar y que atesora para que al pasar los años y con su cabellera más larga pueda volverlo a usar.