Por: Octavio Fabela Ballinas
TIJUANA, BAJA CALIFORNIA A 31 DE MARZO DE 2022.- Svetlana Villanova es ciudadana de Ucrania y huyó de Mariúpol, ciudad en la que cayeron los bombardeos tras el estallido de la guerra con Rusia. Desde que dejó su país no sabe de sus dos hijos y nietos.
La mujer de 54 años de edad es parte de los cuarenta migrantes ucranianos duermen cerca del cruce en Otay, varios de ellos aseguran que ya no cuentan con dinero para pagar un hospedaje y por eso esperan casi dos días en poder entrar a Estados Unidos como asilados políticos.
“La ciudad prácticamente fue destruida y junto con ellas nuestras familias. No sabemos de nuestras familias, no hay contacto porque no hay redes, los que se quedaron en Ucrania en la ciudad Mariúpol de no tenemos como contactarnos porque no tenemos infraestructura (internet, telefónica y de comunicaciones” dijo en entrevista.
Señala Svetlana que en Mariúpol aún quedan unas 100 mil personas varadas porque el ejército ruso les impide su salida, en ese mismo lugar donde está su familia: Padre, dos hijos y nietos, de quienes no ha logrado tener comunicación.
“Horrendo porque no sabemos a quienes hemos perdido, no sabemos cuál es la situación, no sabemos quién vive (de la familia) y en qué situación se encuentran”.
Su dinero se acabó en la travesía, pues tuvo que viajar a varios países para llegar a Estados Unidos. Svetlana tardó cuatro días para salir Mariúpol tomó un avión a Varsovia en Polonia, de ahí voló a Ámsterdam, para después tomar otro vuelo Ciudad de México y uno más a Tijuana.