Por Octavio Fabela Ballinas
TIJUANA, BAJA CALIFORNIA A 9 DE MARZO DE 2022.- Lo que está sucediendo con los vecinos de Camino Verde donde se están cayendo las casas es una historia que se repite, tiene una trama similar a lo que ha sucedido con los afectados de otras zonas donde también se han producido fallas en el terreno que provocan la pérdida del patrimonio de cientos de personas.
Antes de ofrecer una solución real, a las personas afectadas los gobiernos, el actual y los que los antecedieron, los utilizan para fines electorales, se aprovechan de la vulnerabilidad en las que las pone la situación para ofrecer soluciones que son buenas para la foto y hacen de la solución un asunto de promoción personal y no de respuesta eficiente.
Al igual que como ha sucedido en otras colonias, los movimientos del terreno provocan, primero, la ruptura de las redes hídricas, lo que hace suponer que es el derrame de aguas, negras y potables, la causa de que el terreno ceda y comience a caer y ahí es donde surge el primer reclamo, después se concluye que no fue eso lo que provocó el problema.
A la falla del terreno se suma la autoconstrucción de las casas que se pierden, la mayoría de ellas tienen, además del valor económico, un costo sentimental para las familias que son afectadas, muchas de las viviendas fueron edificadas por sus moradores, son el resultado de mucho esfuerzo, a veces también físico de las familias.
Y por último llega la zona, vivir en Tijuana significa un proceso de adaptación, habituarte a los tiempos de traslado, la escuela, los servicios y hasta el estado físico de las calles es distinto en las diferentes áreas geográficas de la ciudad, por lo que un cambio de residencia no es cosa simple, menos si es de un día para otro como sucede en estos casos.
Con todo esto, los gobiernos de la ciudad y el estado no han dado una respuesta eficiente a un problema que todos sabemos que algún día puede suceder en cualquiera de los cañones y laderas de Tijuana, ni para mitigar los riesgos menos aun para ofrecer soluciones a las personas que resultan afectadas.
El caso de los vecinos de Lomas del Rubí y la colonia Sánchez Taboada son un par de ejemplos de un problema con el suelo que no tiene una solución eficiente de la autoridad, en ambos casos a las personas se les avisó que tenían que desalojar sus casas, pero muchos de ellos no tenían a donde irse, igual que sucede con los vecinos de Camino Verde.
El problema con los deslaves es un asunto que no se va a detener porque la ciudad creció o la dejaron crecer de manera desordenada, tan desordenada que ni siquiera el atlas de riesgos que existió en algún momento se ha actualizado, pero además la falta de inversión en infraestructura hace complicada la reubicación de las familias.
¿Cómo le ofreces a una familia que trabajó para edificar su casa, que reclamó y peleó para que su colonia tenga servicios públicos y calles pavimentadas que se traslade a vivir a una zona en la que no hay agua ni energía eléctrica? Es lógico suponer que habrá resistencia y el duelo por la pérdida del patrimonio será más difícil de asimilar.
Lo que sucede con los vecinos de Camino Verde es apenas el inicio de una historia que ya se ha contado en otras ocasiones, con diferente escenario y actores, pero que al final desnuda que no tenemos, ni hemos tenido un gobierno capaz de responder a las emergencias porque no está preparado y todo indica, no tiene ganas de prepararse para ello.