Por Octavio Fabela Ballinas
TIJUANA, BAJA CALIFORNIA A 2 DE MARZO DE 2022.- Aunque las comparaciones siempre resultan odiosas, este inicio de semana también inician situaciones que nos permitirán comparar estilos de gobernar, desde el lunes con el regreso a clases presenciales comenzaron los congestionamientos viales y los deslaves en Camino Verde nos permiten comparar la reacción que la autoridad local tenga ante situaciones similares que vivieron los alcaldes que le antecedieron.
Con el asunto del tráfico ya vimos que la primera respuesta fue una ocurrencia que después se quiso maquillar de propuesta para debate, la de implementar un programa hoy no circula, situación que sería imposible porque son demasiados los vehículos que transitan de forma irregular en la ciudad.
Hasta antes de que se modificara el decreto para la regularización de los autos Chocolate, que según el censo que realizó el gobierno de Jaime Bonilla serían 200 mil solo en Tijuana, los agentes aduanales hablaban de apenas unos cinco mil de estos vehículos que habían hecho el trámite, es decir apenas el 2.5 por ciento.
La cantidad de personas interesadas en regularizar su automóvil nos da una idea de la respuesta que podría tener un programa hoy no circula entre los conductores, a eso habrá que sumarle el deficiente sistema de transporte público que opera en la ciudad y que a final de cuantas es lo que provoca que haya necesidad del contar con un auto para los traslados.
Hasta el momento, ninguno de los gobiernos de la ciudad ha logrado que Tijuana cuente con un servicio de transporte público eficiente, todos han utilizado a los transportistas para hacer trueque político, el actual ya no tiene el control, pero todavía puede proponer y hasta el momento, no lo ha hecho.
Y en el caso de Camino Verde, todas las administraciones han enfrentado un caso de deslaves que dejan viviendas en riesgo del colapso, de los derrumbes recientes, solo el que ocurrió en Laderas de Monterrey en donde se afectó la vivienda de un exgobernador, Alejandro González Alcocer, hubo un responsable que pagó por los daños.
En los últimos 20 años, en Tijuana se han producido 81 deslaves o hundimientos que terminaron con el patrimonio de poco más de mil familias, el último es el que está ocurriendo en Camino Verde, en todos los casos, la respuesta ha sido más de demagogia que de acciones y en muy pocos la autoridad ha ejecutado obras para detener el daño.
En el caso de Camino Verde, la colonia nació de una invasión hace 38 años, los movimientos de tierra según vecinos tienen varios años presentándose y la autoridad municipal no estudió ni ejecutó las obras necesarias para contener el posible deslave, pese a su origen, ese asentamiento ya paga impuesto predial.
Por lo regular los gobiernos municipales han optado por culpar a la madre naturaleza de ser la que provoca que las colonias se caigan, en todos los casos existen reportes de fugas de agua constante desde años antes de que suceda el deslizamiento y los afectados terminan por ser reubicados en zonas donde no hay servicios públicos.
Habrá que ver cómo reacciona el gobierno municipal ante este deslizamiento en Camino Verde, ojalá y no se convierta en motivo de propaganda política como sucedió con los vecinos de Lomas del Rubí, que, en vez de ayudarlos, los utilizaron como marco de referencia para campañas electorales.
Los deslaves le han tocado a todos los gobiernos municipales y la respuesta ante la contingencia ha sido pobre, muy pobre.