Por Octavio Fabela Ballinas
TIJUANA, BAJA CALIFORNIA A 16 DE MARZO DE 2022.- Caminar por las calles de la zona de desastre en Camino Verde cada vez es más difícil, la mayoría son intransitables para los vehículos y el traslado se tiene que hacer a pie, en muchas de las viviendas ya abandonadas se pueden ver perros durmiendo en el patio de los que fueron sus hogares, se ven tristes y al igual que sus dueños, no entienden que está sucediendo.
La mayoría de las casas contaban con patio en el que era posible y viable tener a las mascotas, que ahora deambulan entre las calles destrozadas o duermen frente a los portones, se les nota sedientos y evidentemente sin comer, el traslado de las familias hacia lugares más pequeños para vivir tal vez los obligó a no llevarlos consigo.
Son muchos los perros que deambulan por la zona de desastre, su presencia frente a las casas hace que el panorama sea más sombrío, de entre toda la gente que el martes a mediodía estaba aún desalojando la que fue su casa, sólo un joven se veía cargando una bolsa de alimento que llevaba para dar de comer a su mascota a la que le dejó agua.
En medio de la crisis que viven las familias que tienen que dejar la que fue su casa, muchas de ellas con más de 30 años de vivir en ese lugar, las mascotas han pasado a segundo término, la mayoría de los perros que se aprecian no tienen la facha de ser callejeros, pero por las condiciones de la nueva vivienda de sus dueños, no fue posible incluirlos en la mudanza.
Las mascotas forman parte del drama que se vive en la zona de desastre de Camino Verde que ya afectó a mil 175 personas, que aunque resignadas empiezan a desalojar sus casas siguen insistiendo en que el deslizamiento de la ladera es culpa de las omisiones de la Comisión Estatal de Servicios Públicos que no atendió, en su momento, reportes por derrames.
El deslizamiento de la ladera en Camino Verde sigue activo, el drama para las familias apenas comienza y entre las cosas que han perdido ya se cuenta a sus animales de compañía que están solos y sin la posibilidad de que alguien les ofrezca al menos agua ya que la que hay, apenas alcanza para las pocas personas que se resisten a salir.