Por Octavio Fabela Ballinas
TIJUANA, BAJA CALIFORNIA A 11 DE MAYO DE 2022.- Diariamente ingresan en promedio 160 personas a la Estancia Municipal de Infractores, se trata de personas que cometieron alguna falta administrativa y son conducidos a ese lugar castigados por algún juez municipal, de ellos solo una tercera parte paga su multa y sale, el resto se podría decir que ya son clientes.
Entre ese universo de casi 4 mil 800 que cada mes son remitidos, la mayoría fueron sorprendidos bajo el influjo de alguna sustancia, es decir son personas que atraviesan por un problema de adicción o que viven en situación de calle que ante la falta de programas de rehabilitación y ayuda prefieren tenerlos tras las rejas.
Para nadie es un secreto que la Policía Municipal mide sus estándares de eficiencia con base a números, por ejemplo, la cantidad de infractores al Bando de Policía que retira de la calle, sin embargo, la realidad es que casi siempre son los mismos, ya los conocen y cuando los ven simplemente les dicen “súbete” y se los llevan.
Aunque por el momento resulta imposible contabilizarlos, la labor de retirar a los ya conocidos de la calle en vez de ayudarlos a reintegrarse en la sociedad o al menos a tener una vida digna que no sea la de estar corriendo y escondiéndose cada que ven una patrulla se ve muy lejos; el 70 por ciento de los arrestados es reincidente en ese lugar.
Si revisamos los distritos que mayor número de personas presentan ante un juez y terminan pasando la noche en los separos de la estancia municipal, vemos que son la Sánchez Taboada, La Presa, Villa Fontana y Patrullas Zona Norte los que realizan el mayor número de detenciones en colonias donde el nivel económico es bajo.
Una muestra de que los que “caen a la 20” como popularmente le dicen a los que son arrestados por faltas administrativas, ya se saben el camino a seguir es que la mitad de ese 70 por ciento de los que no pagan la multa, se enlistan para hacer trabajo comunitario y recuperar su libertad.
Las personas que son retenidas por faltas administrativas son en la mayoría de los casos quienes resultan molestos para vecinos o rostros conocidos para los oficiales, también habría que revisar la forma en la que actúan los jueces municipales porque a muchos de ellos no los escuchan, simplemente los sancionan.
Por su condición económica, algunos ellos viven en situación de calle, las personas que ya son asiduos en la Estancia Municipal son tratados en la práctica, como ciudadanos de segunda o tercera categoría, algunos necesitan tratamiento médico para enfrentar alguna adicción o para tratar problemas mentales secuelas de los abusos en alcohol y sustancias.
¿Merecen vivir así?… ¿Merecen ser relegados?… ¿Ellos no cuentan?… Entiendo que no todos podrán superar el problema que enfrentan, pero estoy seguro de que si la autoridad cambiara las celdas por una oportunidad su situación cambiaría y en vez de barrotes podrían reintegrarse a la sociedad y ser productivos.
¿Tenemos que esperar a que cometan un delito para cambiar la Estancia por la cárcel?