Tiro de esquina. Pateando el balón

Por: Octavio Fabela Ballinas

TIJUANA, BAJA CALIFORNIA A 8 DE JUNIO DE 2022.- Mientras alumnos que quieren ingresar a la preparatoria presentaban el examen de admisión hubo  oportunidad de platicar con el director de la Lázaro Cárdenas, que de manera muy diplomática explicaba que esa decisión de no reprobar a los muchachos es una política pública de enseñarles “a patear el balón” y no enfrentar en el momento que deben hacerlo sus problemas como el acreditar las materias.

Si lo observamos desde afuera, no entregarles una calificación no aprobatoria cuando no demuestran haber hecho lo suficiente para ser promovidos de grado, sí es una política pública que podemos observar en quienes nos gobiernan. ¡Con razón apoyaron esa decisión emanada de un presidente que tardó 14 años en terminar su carrera profesional!

Patear el balón, culpar a los que estuvieron antes en el encargo y simular hacer las cosas que les corresponden es una constante en los servidores públicos actuales, pero en ese empujar la pelotita para no hacerle frente a los problemas, que, aunque nacieron con otras administraciones, es su responsabilidad enfrentar.

Citemos por ejemplo el problema vial de Tijuana, no es un asunto nuevo, tal vez los anteriores patearon la pelotita y no lo atendieron, pero no por eso los actuales tienen que seguir empujando el problema sin enfrentarlo, tampoco pueden, solo porque se le ocurrió a la alcaldesa Montserrat Caballero tirar la inversión que se hizo para el SITT y lo peor, ordenar a los agentes municipales que hagan caso omiso del reglamento de tránsito.

Lo que está sucediendo con los jóvenes en las escuelas, que amenazan como si se trata de un juego es el reflejo de una sociedad descompuesta que no se va a componer con los discursos Con el Corazón por Delante de la gobernadora Marina del Pilar Ávila, sobre todo porque esos discursos son más de buenas intenciones que de soluciones reales.

También la gobernadora está pateando el balón y no solo en el asunto de las escuelas, el apagón del pasado fin de semana y la posibilidad de que el castigo a las corruptelas de Jaime Bonilla quede en algo menos que un manazo son una muestra clara que empujan los problemas con la intención de que el tiempo les ayude a minimizarlos.

Los diputados, que ya vimos tienen tiempo para todo, menos para atender las demandas de la sociedad, es más fácil enterarnos que los legisladores estuvieron repartiendo “apoyos sociales” o en permiso para hacerle el caldo gordo al presidente López Obrador, que ajustando el marco legal, que esa sí es su obligación y no la de entregar despensas y tomándose la foto.

Ahí tenemos el caso de la reforma a la Ley del Sistema Anticorrupción, ya tienen casi un año en sus curules y a ninguno de los 25 diputados se le ha ocurrido tocar el tema, los ciudadanos queremos que el sistema anticorrupción opere, pero a los señores del Congreso se les antojó patear el balón y no enfrentar su responsabilidad.

Y así nos podemos pasar el día mostrando cómo los funcionarios de la llamada Cuarta Transformación van por la vida pateando el balón y entonces podremos entender, con claridad, por qué apoyaron la decisión de que los alumnos que no demuestran tener los conocimientos, pueden aprobar y desde niños aprendan a patear el balón, como ellos lo están haciendo.