Por: Octavio Fabela
TIJUANA, BAJA CALIFORNIA A 13 DE JULIO DE 2022.-Ser austero no es una condición contraria a la elegancia y sobriedad, también significa en el terreno de la administración pública, no hacer gastos superfluos tirando el dinero de los contribuyentes, pero ni en lo público ni en lo privado la austeridad representa hacer las cosas solo por cumplir, a medias y en total incongruencia.
Todo esto viene a cuento por el festejo por el 133 Aniversario de la ciudad, festividad que al gobierno de la ciudad pareció importarle poco, con mucho discurso de unidad y actitudes que no unen, por el contrario, separan. Fueron varios actos en dos días en los que se notó que el deseo de la alcaldesa no fue ahorrar, simplemente se dedicó a no gastar.
Me tocó llegar a Tijuana por allá en 1988, el primer festejo por el aniversario de la ciudad en el que estuve presente fue el número 100 un año después, desde entonces, ni cuando las restricciones de la pandemia me habían tocado estar en un aniversario de la ciudad en el que lo representativo fue la distancia entre gobierno y gobernados.
Y no me refiero a los conciertos que si no me equivoco comenzaron a organizarse cuando Jorge Ramos Hernández era el alcalde, hago referencia al evento protocolario, el que el gobierno en turno organiza en el patio central del Palacio Municipal y el que Unidos por Tijuana hace la noche del 10 de julio.
Al evento que convocaron las familias de Tijuana, la alcaldesa consideró que no era necesario ir y envió en su representación a su hermana, muchos de los que ahí estaban reunidos son miembros de familias que no comulgan con la forma en la que gobierna el partido que postuló a la señora Montserrat y tal vez sintió temor de que le pudieran hacer algún reclamo.
Al día siguiente, el 11 de Julio, al parecer le voltearon la tortilla, la alcaldesa encabezó un acto con la presencia de los representantes de otras autoridades y no porque no sea importante Tijuana, todo hace suponer que fue para no coincidir con la señora que ahora despacha en la oficina principal del tercer piso.
El argumento para no tener un acto protocolario acorde a la importancia de Tijuana, fue la austeridad, pese a ello, algunos de los funcionarios presentes llegaron al lugar en las mismas unidades de lujo que pagamos entre todos, el bacheo de las calles que presumió la señora Montserrat, es el regalo a los ciudadanos, simplemente no se ve y en la ciudad ya sumamos más de 60 homicidios este mes de aniversario.
¿Alguna obra emblemática del aniversario 133 de la ciudad? No hay. ¿Algún avance palpable en la solución de los tres grandes problemas que tiene esta frontera: seguridad, alumbrado y movilidad? No hay. ¿Transparencia y rendición de cuentas? No hay. Y a esta lista le podemos agregar varias preguntas más.
Entonces, si los recursos públicos siguen gastándose mayoritariamente en nómina, no hay avance en la obra pública y con solo levantar el tapete te encuentras con gastos innecesarios como la renta de unidades de lujo para el uso y disfrute de funcionarios públicos entonces caemos en cuenta que no son austeros, simple y llanamente son pichicatos.
Tijuana y quienes aquí vivimos y trabajamos tal vez no necesitamos que el gobierno organice un concierto para festejar el aniversario de la ciudad, pero sí que quien despacha en la presidencia tenga congruencia, se asuma como lo que es y no esconda su falta de convocatoria y popularidad detrás del discurso de la austeridad, que, en los hechos, no conoce ni práctica.