Por: Octavio Fabela Ballinas
TIJUANA, BAJA CALIFORNIA A 7 DE JULIO DE 2022.- Kevin tiene 10 años y cursaba tercero de primaria en su natal Uruapan Michoacán, pero por la violencia su familia decidió migrar. Desde hace unos meses viven en un albergue y espera regresar a la escuela para hacer amigos y aprender a hablar inglés.
Kevin forma parte del grupo de niños migrantes que, a partir del próximo ciclo escolar podrá inscribirse en el Sistema Educativo de Baja California, sin importar si les faltar algún documento o no son ciudadanos mexicanos, como parte del Protocolo de Educación para Migrantes, que consiste en seis pasos.
El niño de apenas 10 años y su hermano no pudieron regresar a clases presenciales el pasado ciclo escolar, porque cerca de su escuela eran constantes los enfrentamientos entre grupos armados que operan en Michoacán, explicó su madre Karla, quien aseguró que es su mayor deseo que sus hijos estudien.
Hasta antes de que se endureciera la política migratoria de Estados Unidos los migrantes optaban por no inscribir a sus hijos en la escuela, ya que consideraban que estarían poco tiempo en la ciudad, ahora que la situación ha cambiado y más personas interesadas en que sus hijos ingresen a la escuela, aseguró el director de Juventud 2000, José María García Lara.
La Secretaría de Educación presentó esta mañana un protocolo de seis puntos con los que garantiza que los niños puedan ser aceptaos en cualquier institución, sin importar el grado académico, la nacionalidad, ni la edad, explicó la coordinadora de Educación Migrante, Yara Amparo López.
Actualmente existen 46 mil niños migrantes en escuelas de Baja California, de ellos 28 mil acuden a planteles en el municipio de Tijuana, la mayoría de estos niños son estadounidense aunque otros son centroamericanos, brasileños e incluso chinos, para un total de 150 nacionalidades distintas.
Aclaró que además de aceptarlos en las escuelas, los niños migrantes recibirán atención psicológica, de nivelación de estudios y se les ayudará a los niños a recuperar los documentos que pudieran hacer falta para que, en su momento, los menores puedan obtener el certificado que compruebe su formación académica.