Por: Octavio Fabela
TIJUANA, BAJA CALIFORNIA A 20 DE JULIO DE 2022.- El primer contacto con alguna sustancia regularmente resulta placentero para los recién iniciados en el mundo de las drogas, según los especialistas la mayoría empieza con drogas blandas como la marihuana, pero ya en los últimos años personas cada vez más jóvenes tienen su primera experiencia con otro tipo de drogas más fuertes.
El caso de los seis adolescentes que resultaron intoxicados con Fentanilo el pasado fin de semana es una muestra de lo fácil que puede ser que las personas, sobre todo los más jóvenes tengan contacto con sustancias que les harán daño de manera inmediata como sucedió la noche del domingo o los lleven por el camino de la adicción.
La primera pregunta que salta cuando suceden hechos como la fiesta celebrada en una de las viviendas de la calle Río Papaloapan en la delegación Centenario es ¿Y dónde estaban los padres de esos seis menores de edad intoxicados? ¿Quién llevó la droga? Pero pocos nos cuestionamos sobre el ¿por qué necesitaban inhalar algo para divertirse?
Lo que sucedió en esa pijamada que se salió de control es una muestra más de que como sociedad no hemos puesto la atención necesaria para que los adolescentes vivan en un ambiente propicio para su desarrollo, a este incidente habría que sumar todos los que sucedieron cuando las escuelas regresaron a las clases presenciales.
Algo estamos haciendo mal como sociedad y lo peor es que no podemos esperar a que desde la autoridad electa, esa que nos gobierna surjan planes de acción porque ya bastantes muestras nos han dado de que actúan a destiempo, tratando de tapar los huecos que su desdén hacia lo verdaderamente importante abren y que están más interesados en otras cosas que en el bienestar de los gobernados.
Eso que sucedió en la fiesta donde nueve personas resultaron intoxicadas por fentanilo que consumieron pensando que era cocaína, es el principio de muchos males sociales como la violencia entre narcomenudistas, personas viviendo en la calle afectados de sus facultades mentales, violencia intrafamiliar, daño patrimonial y muchos más.
También es el resultado de una economía deteriorada en donde los jefes de familia se preocupan más por poner comida en la mesa que por cuidar lo que sus hijos consumen en internet o por al menos darse una idea de con quien comparten su tiempo libre; son adolescentes que se están formando una idea equivocada de lo que debe ser su vida.
Lo que sucedió en la fiesta es otra muestra de que lo que hace la autoridad para detener la distribución fácil y cómoda de estupefacientes no ha dado ningún resultado, también es muestra de que esos muchachos no tuvieron la guía de sus familias para aprender a decir que no ante una invitación a consumir una sustancia que les hace daño.
Son muchachos influenciados por un medio ambiente que los invita a hacer cosas que supuestamente los harán populares, les permitirán ser parte de algún grupo y probablemente los envalentonará, su intoxicación es el resultado de una sociedad en la que hemos perdido valores y recuperarlos es tarea de todos.