Tiro de Esquina. El mensaje es claro: Hay un Ejército de adictos

Por: Octavio Fabela Ballinas

TIJUANA, BAJA CALIFORNIA A 17 DE AGOSTO DE 2022.- El problema de las adicciones es, como quedó demostrado el fin de semana, el detonante de casi todos los delitos que se cometen en Baja California; la mayoría de los detenidos tras la quema de las unidades del transporte público, se comprobó son personas con problemas de adicción a los que la paga fue mínima y mayormente en especie.

Ante esta realidad que literalmente estalló en la cara de las autoridades y ciudadanos el fin de semana, nos enteramos que líderes solo son tres que detuvieron en Culiacán, Sinaloa. Actuaron a distancia porque saben que en cada persona con problemas de adicción tienen a un posible aliado para cometer fechorías.

Lo mismo sucede con homicidas, ladrones y demás. La disponibilidad de mano de obra barata es amplia que si lo vemos desde el punto de vista empresarial, podríamos asegurar que hay sobre oferta de trabajadores para los criminales y el principal problema es que diariamente surgen más, muchos más se inician en el consumo de drogas.

Ante este panorama, de muy poco sirve que cada vez haya más presencia policiaca y del Ejército ya que no se hace nada desde la parte oficial, por evitar que todos los días se venda droga al menudeo, no se hace nada para evitar que cada 24 horas alguien empiece a consumir estupefacientes y tampoco se hace algo importante en tareas de rehabilitación.

La tarea de rehabilitar a las personas que consumen algún tipo de droga se la han dejado a la sociedad, a la que, por cierto, por decisión presidencial ya no ayudan. Planes hay muchos y suenan muy bonito, pero cuando lleguen a concretarlos el problema habrá crecido aún más y resultarán insuficientes.

Los atentados terroristas del pasado fin de semana nos dan una muestra clara de lo que pueden hacer adictos para ganar unos pesos y algo de droga para consumir. Ninguno de los detenidos tenía la certeza de que lo que estaban haciendo se puede tipificar como un delito grave, por el que enfrentarán mucho tiempo en prisión.

Casi los escucho decir entre ellos que, como no le harían daño a ninguna persona, el asunto sería de pocas consecuencias. Y como los que cometieron los atentados, hay miles en el estado, tantos que no los han podido contabilizar. Y los hay en todos los estratos sociales e involucrados en todas las tareas diarias.

Mientras no exista una verdadera política pública para atender el problema de salud pública que representan las adicciones; ni con todo el Ejército, Guardia Nacional y policías juntos se va a terminar con los actos violentos. No atender las causas es, en resumidas cuentas, no reconocer el problema.

Por cierto… ¡Ya siéntese señor!

Los dos años que Jaime Bonilla fue gobernador de Baja California hizo hasta lo indecible para no contestar a quien lo cuestionaba, sobre todo si quien hacía la pregunta era un periodista, por eso llama la atención que envalentonado porque tiene fuero, acudió a una audiencia a la que ya ni convocado estaba y se dignó plantarse frente a los periodistas.

Ufano, protegido por el fuero constitucional, llegó a la audiencia de imputación a la que ya ni convocado estaba solo para despotricar, para hacer lo único que hizo durante su corto tiempo como gobernador: criticar y hablar mal de otras personas. Solo a eso fue al edificio de los juzgados en Mexicali. ¿Acaso sabrá hacer otra cosa?

De la actual administración hay muy poco o casi nada que celebrar, llevan menos de un año y desde mi particular opinión, continúan como si apenas estuvieran empezando, cierto, es un gobierno más de discursos que de acciones, pero de eso a criticar por mero ardor hay un trecho enorme.

Porque cada que habla lo hace sin aportar nada; porque sus dichos son sin fundamento; porque tiene una cola muy larga; porque en su curul del Senado estorba menos, y sobre todo, porque no tiene calidad moral, ni política para opinar ya que en su tiempo no hizo nada provechoso: ¡Ya siéntese señor!