Por: Korina Sánchez S.
TIJUANA, BAJA CALIFORNIA A 2 DE OCTUBRE DE 2022.- La inflación en México genera incertidumbre en los mercados y un impacto en los consumidores, ya que alcanzó casi el triple de lo pronosticado por el Banco de México (Banxico) señaló el economista, Jorge Fonseca Rodríguez.
La tasa del 8.62 por ciento general es alta, dijo, al compararla con el tres por ciento de meta que estableció Banxico como objetivo.
Explicó que la afectación real de experimentar este nivel de inflación por más de 18 meses, ya tiene a los consumidores ‘contra las cuerdas’ porque su confianza en el mercado es baja ante la incertidumbre de tanta variación de los precios.
“La inflación general ha perdido fuerza, sin embargo, la preocupación se deriva de que la inflación no subyacente, que es la que se calcula incluyendo los productos volátiles como los alimentos y bebidas alcanzó el 13.27 por ciento”.
“Este nivel es muy alto y ya está afectando a la inflación subyacente, lo que se traduce en variaciones de precios en sectores que suelen ser más resistentes a las variaciones de los precios, como son los bienes duraderos y el de servicios”.
Mientras que la inflación se triplicó, la economía de México creció 0.9 por ciento el segundo trimestre de 2022, sin embargo, la tendencia hacia un crecimiento menor, trimestre tras trimestre comienza a mostrar signos de una desaceleración, precisó el especialista.
“En términos reales si comparamos el tamaño de la economía con los niveles observados previos a la pandemia aún nos encontramos con un ligero rezago. Ahora bien, al comparar el comportamiento del crecimiento de la economía con las tasas de inflación la situación empeora, porque con un crecimiento económico débil se pierde capacidad para financiar el costo de la creciente deuda, tanto pública como privada”.
A medida que las finanzas públicas como privadas son rebasadas por el crecimiento de la deuda, las probabilidades de una recesión aumentan, porque se reduce la liquidez al punto de que tanto en gobierno como empresas se ven en la necesidad de hacer recortes de gastos, que se traducen eventualmente en recorte en su fuerza laboral.