Productores de limón desplazados, duermen en las calles de Tijuana

Por: Octavio Fabela Ballinas

TIJUANA, BAJA CALIFORNIA, A 23 DE OCTUBRE DE 2022.- Productores de limón desplazados del estado de Michoacán por el crimen organizado, viven en la calle, afuera de los albergues de Tijuana, en los que esperan se desocupe un espacio para ser admitidos.

La mayoría asegura haber sido víctima de amenazas del crimen organizado, que los ha obligado a vender sus cosechas a menor precio o los amenaza para apoderarse de sus parcelas; algunos tienen casi un mes viviendo en la calle.

Tal es el caso del señor José Manuel de 65 años, quien lleva el último mes durmiendo en la calle en compañía de otros de sus paisanos que viajan con niños.

La noche y madrugada del domingo los sorprendió la lluvia afuera de uno de los albergues de la ciudad a dónde no pueden ingresar porque está saturado.

José Manuel es originario de Apatzingán, Michoacán, en donde se dedicaba a la producción de limones en una parcela de su propiedad; él abandonó su tierra porque el crimen organizado controla la producción del cítrico y asigna precios de compra muy inferiores a los del mercado, en su caso, querían comprarle el kilo en cinco pesos.

Juan Manuel y un grupo de mujeres con sus hijos han recorrido varios de los albergues de la ciudad, pero en ninguno encuentran un lugar, también visitaron el Palacio Municipal en donde personal de la Dirección de Atención al Migrante tomó sus datos y les aseguró que se comunicaría con ellos; ninguna autoridad los ha atendido.

Otro caso es el de Guadalupe, también originaria de Michoacán, pero del municipio de Nueva Italia; ella asegura que huyó porque el crimen organizado le puso como tarifa de cobro de piso el pago de 200 mil pesos por la cosecha en sus huertos, cantidad que, si no pagaba en tres días, la amenazaron que secuestrarían a sus hijas.

Guadalupe tiene la esperanza de lograr que Estados Unidos le dé asilo político, dice que su madrina es quien le puede ayudar, pero necesita que sea aprobada su solicitud.

En tanto, espera en uno de los albergues de la ciudad, aunque reconoce sentir temor de que sea localizada por los criminales que la obligaron a salir de su tierra.