Tiro de esquina. Vivir con miedo ¿y sin esperanza?

Por Octavio Fabela Ballinas

TIJUANA, BAJA CALIFORNIA A 24 DE NOVIEMBRE DE 2022.- La noche del pasado martes criminales hicieron así 200 disparos en contra de un vehículo en la colonia El Pípila, tres de ellos cuyas edades no superan los 25 años están detenidos y dos más lograron escapar, su arresto no significó tranquilidad para los vecinos de la colonia El Pípila que nos platican que todos los días escuchan balazos.

Los vecinos de El Pípila pueden ser los mismos de Playas de Tijuana, de El Soler, de la Reforma o de la Sánchez Taboada, en todos ellos y en los de muchas colonias más hay temor porque cualquier día viven en riesgo de convertirse en víctimas de la violencia que hay en las calles de la ciudad o de ser víctimas de algún delito.

Solo en el mes de noviembre han asaltado en dos ocasiones camiones de valores, de esos que pareciera es imposible porque están custodiados por personas con armas de grueso calibre y en el caso del robo de ayer por la noche, sucedió en una zona de alta movilidad y los ladrones lograron huir sin ser aprehendidos.

Por eso y por los más de mil 800 homicidios cometidos en lo que va del año, la población tiene miedo; vecinos de las colonias más conflictivas, como el Pípila aseguran que el temor es que los niños puedan ser víctimas de una bala perdida y no entienden por qué inocentes deben pagar por las pugnas de otros.

Es común que el Ejército o la Guardia Nacional anuncien la llegada de más elementos de refuerzo para combatir principalmente los homicidios al final vemos que ambas corporaciones sumadas a las locales están rebasadas por la incidencia delictiva y según lo que ha sucedido a un mes de terminar el año, seguirán en ese camino.

Hasta hoy, ninguna de las autoridades, ni municipales ni estatales, mucho menos las federales han podido explicar como es que de cuatro homicidios diarios que se cometían en enero ahora son siete en promedio, tampoco dan una explicación certera de qué es lo que provoca que Tijuana tenga promedios a alza.

Con lo que ha sucedido este año, vecinos de casi todas las colonias de la ciudad viven con el temor de ser alcanzados por una bala perdida y lo peor es que ese sentimiento se traslada con ellos a los lugares en los que desarrollan su vida diaria porque como lo explicó el secretario de Seguridad de Tijuana, estar en una zona blindada no es garantía de que no se cometan delitos.

Tampoco es garantía de que los criminales serán atrapados y paguen por sus actos; de poco o nada ha funcionado la estrategia de traer a 3 mil 500 efectivos federales para cuidar la ciudad, los crímenes continúan sucediendo como si no estuvieran aquí y siguen siendo muy pocas, escasas diríamos, las sentencias de quienes cometen un crimen que no sea mediático.

Con todo esto, para una gran mayoría de la población crece la desesperanza de que las cosas puedan cambiar y puedan vivir en paz, sin miedo, con sus hijos acudiendo a la escuela, con más tiempo para estar en familia y poder disfrutar de sus calles (que por cierto cada vez están peor) y muchos otros beneficios que surgen de un clima de paz.