Tiro de esquina. Minimizan problemas al interior de penal

Por Octavio Fabela Ballinas

TIJUANA, BAJA CALIFORNIA A 8 DE DICIEMBRE DE 2022.- No todas las personas que están privadas de la libertad en el centro penitenciario de La Mesa son violentas, pero una buena proporción si y para garantizar que no se harán daño apenas hay 20 custodios por turno; un puñado de personas que deben controlar a poco más de 4 mil internos.

No es un asunto nuevo saber que las personas que son ingresadas en la penitenciaría de Tijuana viven en hacinamiento; el lugar está diseñado para albergar a 2 mil 800 personas pero ahí habitan el doble, muchos de ellos acusados de cometer crímenes graves y el personal que los custodia es limitado y mal pagado.

El incidente de la mañana del miércoles 7 de diciembre es una muestra de lo endeble que resulta la vigilancia del centro penitenciario; según el fiscal general Iván Carpio y la comisionada María Elena Andrade fueron seis internos los que provocaron una intensa movilización de policías y soldados al exterior del penal de La Mesa.

Dos custodios fueron golpeados y necesitaron valoración médica, esta es la segunda ocasión en dos meses que según lo que informa la autoridad, un grupito de internos provoca la movilización de las fuerzas del orden, en los dos casos, custodios fueron retenidos y golpeados por las personas privadas de la libertad.

La diferencia entre los dos motines que la autoridad califica como simples disturbios, es que en esta segunda ocasión los custodios alzaron la voz para denunciar la falta de personal, apenas 20 elementos por turno para cuidar el orden en una población de más de 4 mil y lo hacen sin recibir las prestaciones mínimas a las que todo trabajador aspira.

El reclamo de las condiciones laborales de los custodios no es nuevo, ya desde hace años se han organizado para exigir mejoras en sus condiciones de trabajo, una labor que implica además un alto riesgo porque la propia autoridad reconoce que existe el autogobierno al interior del penal.

Lo que sucedió adentro del centro penitenciario alteró la dinámica diaria de personas que viven en los alrededores y de quienes trabajan en los negocios cercanos, un incidente tras los muros del lugar también afecta a quienes no son internos y distrae la vigilancia en la ciudad porque oficiales permanecen en el sitio dejando las calles sin patrullajes.

Las dos últimas revueltas en la penitenciaría han sido minimizadas por la autoridad responsable de administrar el sistema, pero la movilización de los cuerpos de seguridad en el exterior hace presumir que las cosas no son tan simples como las quiere explicar la comisionada María Elena Andrade.

En el incidente de hace dos meses, la gobernadora aceptó que participaron 800 internos y que se originó por la pugna entre dos lideres criminales que están presos; la del pasado miércoles la iniciaron seis personas que eran trasladadas de un punto a otro. Ambos casos evidencian falta de personal y liderazgos de internos influyentes.

En tanto los custodios, superados en número, reciben poca paga y sin prestaciones. Ese es un problema grave aunque la autoridad intente minimizarlo cada vez que se presente algún incidente.