Por: Adán Mondragón.
TIJUANA, BAJA CALIFORNIA, A 01 DE AGOSTO DE 2023.- Con la segunda publicación de la declaratoria de utilidad pública de terrenos para la construcción del viaducto elevado Tijuana y la garita de Otay II, los propietarios de los predios tienen quince días para llegar a un acuerdo con el gobierno federal.
Es en estos momentos cuando se extraña al opositor tabasqueño de nombre Andrés Manuel López Obrador, ese que siempre protestaba por los abusos del poder.
En una de sus múltiples visitas a Baja California, se le cuestionó a López Obrador, el cómo le haría el gobierno federal para liberar los terrenos y poder avanzar con las obras de modernización de la garita de Otay II, así como del viaducto elevado.
El presidente de México aseguró que llegarían a un acuerdo con los residentes de Otay y con los de colonias como La Libertad, Zona Urbana Río Tijuana y Zona Centro; la realidad es otra.
La declaratoria de utilidad pública que da pie el inicio al proceso de expropiación de 6, 638.09 metros cuadrados en el caso del viaducto elevado y más de 7, 700 metros cuadrados en Otay, es signó de que los residentes del lugar no llegaron a un arreglo con el gobierno federal.
Según los principios del obradorato (no mentir, no robar, no traicionar), el presidente incumpliría -una vez más- su palabra al expropiar los terrenos de decenas de familias que posiblemente le dieron su voto.
Hay medios locales que ya documentaron la inconformidad de varios vecinos que no quieren vender sus propiedades porque la cantidad que ofrece el gobierno está por debajo del valor comercial de los predios.
Si esta situación estuviera ocurriendo en la administración de Calderón o de Peña Nieto, ya habría movilizaciones impulsadas por Obrador para señalar los abusos cometidos.
Pero hoy, López Obrador suele eludir este tipo de problemáticas y justifica el abuso del poder con frases como: no somos iguales o acabamos con la corrupción.
La expropiación de estos terrenos está en marcha y es cuestión de tiempo para ver las inconformidades de un gobierno que se dice procurar el bien y hace todo lo contrarios.