Por: Octavio Fabela Ballinas
TIJUANA, BAJA CALIFORNIA, A 28 DE SEPTIEMBRE DE 2023.- Cifras del Secretariado Ejecutivo Nacional de Seguridad Pública muestran que en el mes de agosto en Baja California se denunciaron 10 mil 965 delitos, esto es un promedio de 354 cada uno de los 31 días del octavo mes del año.
Esa cantidad representa solamente los delitos que sí se denunciaron ante la Fiscalía General del Estado, son asuntos en los que la víctima dispone del tiempo suficiente para pasar hasta cuatro horas en ser atendido.
Casi la mitad de los delitos denunciados ante la autoridad fueron robos, un total 4 mil 559, pero es en este renglón en donde se mantiene la cifra negra más alta de todos los delitos, esto se debe a que el bien hurtado es menor al daño patrimonial que causa ir a perder el tiempo esperando en la sala de la Fiscalía.
Aunque existen constantes robos domiciliarios como, por ejemplo, cilindros de gas en la colonia, o de otras pertenencias menores, estos casos no se denuncian porque resulta más caro perder el día de trabajo que el costo del bien hurtado.
Otro de los problemas que enfrentan las víctimas es el llegar a una oficina de la FGE, esperar turno y que cuando están frente al funcionario, este les informe que no es posible atenderlo porque se tiene que presentar en otra de las instalaciones.
Además de eso, quien es víctima de un robo menor, o la desaparición de una persona, no puede denunciar en fin de semana, a menos que esté detenido el presunto responsable; algunas de las agencias no trabajan sábado ni domingo.
Aunque Baja California mantiene un promedio por debajo del nivel nacional, es alarmante que sea el 89.8 por ciento de los delitos que se cometen los que no se denuncien y, por lógica, tampoco se investiga ni se persigue a los responsables de cometerlos.
Datos de la Encuesta de Victimización y Percepción de la Seguridad Pública del INEGI muestran que una tercera parte de los hogares de Baja California tienen al menos una víctima de algún delito y el 40 por ciento de las víctimas sufrieron agresión física.
Con ese panorama, el gobierno de Baja California intenta justificar el trabajo en materia de seguridad llenando la entidad de militares y agentes de la Guardia Nacional, pero es muy pobre el incremento para recibir denuncias y perseguir a los responsables.
La cifra negra de los delitos es una muestra de que la sociedad no confía en las autoridades, y la autoridad poco hace por ganarse la confianza de sus gobernados.