Rindieron honras fúnebres a la oficial Espinoza López

Pide asociación Hermandad Azul reconsiderar negativa de llevar el arma de cargo al terminar el turno de trabajo.

Por: Octavio Fabela Ballinas.

TIJUANA, BAJA CALIFORNIA, A 22 DE OCTUBRE DE 2023.- En una ceremonia solemne, rindieron honras fúnebres a la oficial Dalia Suzeth Espinoza López quien fue asesinada frente a su hija el pasado jueves 19 de octubre cuando salía de su casa ubicada en el fraccionamiento Las Abejas.

En la ceremonia celebrada en las instalaciones del del Centro de Control, Comando, Cómputo y Comunicación de la Fuerza Estatal de Seguridad Ciudadana, José Dodai Verá Alvarado, Subcomandante de la Fuerza Estatal leyó el parte informativo del atentado.

Durante el acto, montaron guardias de honor, funcionarios de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Baja California, la Fiscalía General del Estado, la Policía Municipal de Tijuana y la Asociación de Policías de Tijuana.

Antes y después del evento, el secretario de Seguridad Leopoldo Tizoc Aguilar Durán se negó a declarar sobre el incidente y la posterior manta que apareció en el estacionamiento de Plaza Río, 24 horas después del atentado.

En un comunicado, la Hermandad de Sangre Azul, una asociación de oficiales de policía, externaron su descontento y sentimiento de tristeza por la falta de empatía de los mandos superiores y de la gobernadora de Baja California tras el atentado en el que perdió la vida una de sus compañeras.

“Hasta el último día de su vida realizó una puesta a disposición ante el ministerio público demostrando su valor y compromiso con la camiseta de la FESC, lamentablemente y contrario a lo que se pudiera esperar la respuesta de las figuras que llevan las riendas de nuestra corporación fue de total displicencia como si la vida que se perdió hubiera sido la de un ser que no tiene importancia ni función en la vida” dice el documento.

En el documento piden reconsiderar la negativa de que los oficiales que participan en detenciones o aseguramientos “de alto impacto” puedan portar sus armas de cargo al terminar el turno como medio de defensa para ellos y sus familias.