Por: Octavio Fabela Ballinas
TIJUANA, BAJA CALIFORNIA, A 19 DE OCTUBRE DE 2023.- En la última semana dos hechos llamaron la atención, la irrupción de agentes del Instituto Nacional de Migración en un albergue en la Zona Centro y el homicidio de un niño en un espacio deportivo de Camino Verde.
Llamaron la atención porque la autoridad, en ambos casos, justificó de forma absurda su actuación, minimizando los hechos de la misma forma en la que el gobierno municipal trató de normalizar el asalto a mano armada de un alumno de la preparatoria federal Lázaro Cárdenas.
Para la alcaldesa fue más importante pedir difusión a la captura de un menor y un adulto, acusados por narcomenudeo luego del asesinato de un niño de 13 años a escasos 500 metros de distancia del lugar en el que fue herido el niño de 7 años.
Lamentar la muerte de un niño no es suficiente después de que vecinos de Camino Verde, donde han ocurrido al menos 12 homicidios en los últimos tres meses, piden mayor presencia policiaca y les es negada alegando falta de policías.
Garantizar la seguridad de los ciudadanos es una de las principales obligaciones de los gobiernos estatal, federal y municipal, pretender que se normalicen los asaltos a mano armada y que mueran niños a balazos, no es justificable para ninguna autoridad.
Quienes de plano no se midieron, fueron el gobierno de Baja California y el Instituto Nacional de Migración con sus justificaciones luego de que oficiales del INAMI y la Guardia Nacional irrumpieron en un albergue, justificando esa acción como una equivocación.
El albergue Border Line Crisis Center tiene varios años de operar en el mismo lugar, ese centro de ayuda está identificado como uno de los 32 espacios según la guía difundida por el Ayuntamiento y hasta ese sitio las propias autoridades han sido canalizadas personas en contexto de movilidad.
Oficiales del Instituto Nacional de Migración han llevado hasta ese lugar a personas migrantes rescatadas, todos conocen que ahí funciona un albergue para mujeres, niños y personas de la comunidad LGBTI.
Alegar que confundieron el albergue con un refugio donde se esconden personas indocumentadas preparándose para cruzar de forma ilegal a los Estados Unidos, es un absurdo que refleja la política migratoria que ha adoptado el gobierno de México.
Además, en Tijuana se necesita presencia de la autoridad para inhibir delitos como los homicidios, pero los oficiales de la Guardia Nacional se han dedicado a defender la frontera, pero a la inversa, es decir, tratan de que no salga nada y no que dejen de entrar, por ejemplo, las armas utilizadas en los asesinatos.
Mientras las autoridades no hagan lo que les corresponde, las justificaciones absurdas seguirán y a los ciudadanos no nos quedará de otra más que reírnos de ellas, ojalá y la comunidad no se harte de escucharlas.
