Por: Manuel Ocaño.
TIJUANA, BAJA CALIFORNIA, A 03 DE FEBRERO DE 2024.- El día que un policía de San Diego lo mató con un disparo de escopeta, el mexicano José Alfredo Castro Gutiérrez sufría de una crisis mental.
La señora María Castañeda, quien le rentaba un cuarto en San Diego, estaba tan preocupada por el lamentable estado de Castro que decidió pedir ayuda a la policía para que el trabajador de la construcción no fuera a actuar contra sí mismo.
La grabación de la llamada registró a la señora decir que Castro no representaba ningún peligro; al contrario, estaba en un rincón con un cortinero de baño en las manos, escondido, pensando que lo querían matar y pedía ayuda a gritos.
Pero los siete policías que llegaron nunca lo ayudaron, por el contrario tres de ellos le dispararon con armas no letales paralizantes, luego le llamaron para que saliera de la casa, y cuando salió sin soltar el cortinero con el que pensaba que se defendía, un policía, a quien Castro no atacó, de acuerdo con videos, le disparó atrinchera detrás de un carro y por un costado al mexicano, cuando caminaba en otra dirección sin actitud violenta.
Llevó más de tres años al consulado de México en San Diego y al abogado Eugene Iredale hacer que la ciudad de San Diego se responsabilizara de esos hechos de octubre del 2020, pero el viernes por fin la ciudad accedió a compensar a la familia de Castro con $800,000 dólares para evitar enfrentar un juicio.
El abogado Iredale dijo que fue una muerte innecesaria, motivada sin malicia por la falta de preparación de los policías, quienes actuaron sin supervisión y con negligencia.
La viuda de Castro, la psicóloga Ana Clareth Ojeda quien vive con sus dos hijos en Baja California, exhortó a las autoridades a que se capaciten para que no responsan a tiros cuando se les pida ayuda en casos como el de su esposo, que estaba documentado que sufría crisis mentales.
El cónsul Carlos González Gutiérrez prometió que el consulado defenderá de la misma forma a todo mexicano que enfrenta abuso de la fuerza o de autoridad en San Diego.