Por: RedacciónE32.
MEXICALI, BAJA CALIFORNIA A 25 DE JUNIO DE 2024.- Este martes fue inaugurado formalmente el Centro de Resguardo Forense del Poder Judicial del Estado de Mexicali, ubicado en la colonia Ahumadita al poniente de la ciudad, el cual tiene una capacidad de 896 nichos y contó con una inversión de poco más de 14.5 millones de pesos.
A este centro serán ingresadas las personas fallecidas no reclamadas, tendrán un registro con el número de la Carpeta de Investigación, el Folio del Certificado de Defunción, la fecha del ingreso, la ubicación exacta donde se encuentra y todo aquello que sea de utilidad para identificar a la persona.
El presidente del Poder Judicial de Baja California, Alejandro Isaac Fragozo, declaró que con este espacio, los cuerpos de las personas que por alguna razón no son identificados, no tendrán que terminar en una fosa común.
Contarán con un espacio digno, en el que no tendrá un costo para familiares de personas desaparecidas el extraer el cuerpo, para su identificación.
En el SEMEFO de Mexicali, durante el año 2023 se recibieron un total de mil 670 personas fallecidas, de las cuales 176 no fueron reclamadas, por lo tanto, fueron inhumadas en la fosa común de esta ciudad.
Por su parte, el secretario de Infraestructura, Desarrollo Urbano y Territorial de Baja California, destacó que en la obra se invirtieron casi 15 millones de pesos.
Arturo Espinoza Jaramillo anticipó que en menos de un mes estarán inaugurando el Centro de Resguardo Forense de Tijuana, que tendrá una capacidad de cercana a los dos mil nichos.
El director del Servicio Médico Forense de Baja California, César González Vaca, expuso que los cuerpos que antes se mandaban a la fosa común, ahora podrán permanecer hasta 7 años en el Centro de Resguardo y luego de ese periodo, las osamentas serán trasladadas a otro espacio para su almacenamiento.
Subrayó que a diferencia de las exhumaciones que pueden costar hasta 150 mil pesos, el obtener los restos del centro no tendrá costo para los familiares de personas desaparecidas.
Al año en Mexicali se enviaban en promedio 250 cuerpos a la fosa común y en Tijuana la cifra es de más de mil.