Tiro de esquina. Las muertas, los muertos y el discurso que no cambia nada

Por: Octavio Fabela Ballinas.

TIJUANA, BAJA CALIFORNIA, A 18 DE JULIO DE 2024.- En la última semana se cometieron en la ciudad por lo menos 26 homicidios, diez de las víctimas fueron mujeres y la gobernadora Marina del Pilar Ávila solo atinó a decir que reconoce que existe la violencia y que la atenderán.

Los familiares de la enfermera Gabriela Janette Gutiérrez Aguilar, que murió a balazos el pasado viernes afuera de su casa, aseguran que, al momento, la Fiscalía General del Estado no se ha acercado a ellos para avanzar en la investigación del caso.

Lo mismo sucedió con los taqueros Guillermo Hernández padre e hijo, asesinados a balazos la tarde del martes 16 de julio, las autoridades no recabaron el testimonio de vecinos que presenciaron la agresión y podrían aportar datos para capturar a los responsables.

En los dos casos, la teoría de las actividades ilícitas con las que el gobierno pretende justificar los atentados que en la ciudad y que ya cobraron la vida de más de mil personas, parecen no poder aplicarse; en esos atentados hay una sociedad y familias que exigen justicia.

En su última aparición pública a gobernadora de Baja California recurrió al viejo truco que les enseñó su líder moral, Andrés Manuel López Obrador, de culpar a los gobiernos anteriores de los problemas que no puede resolver.

Hasta el momento, en su administración que lleva la mitad del recorrido, no se ha ejecutado ninguna acción real para combatir la causa principal de los homicidios que es el consumo exagerado de sustancias adictivas.

Por más que diga que le apuesta a la educación, 2 mil 500 maestros de educación básica pueden con facilidad demostrarle que su dicho es discurso porque tampoco ha hecho nada por remediar un problema que crece cada ciclo escolar.

Pasearse por el Centro de Alto Rendimiento, que es la única instalación deportiva que el gobierno estatal administra, muestra también la falta de atención que existe, en esta administración, para dotar a los jóvenes de instalaciones dignas.

En esa materia se recortó el presupuesto para pagarle a los entrenadores y al menos, desde el gobierno del estado, no hay labor de masificación de las actividades físicas. De la salud, mejor no hablemos porque ese es otro renglón olvidado.

En el imaginario de la gobernadora del estado, vamos muy bien, la realidad le demuestra que no es así, los ciudadanos merecemos más acción y menos discursos, resultados y no palabras simples para justificar lo que no se ha hecho.