Por: Adán Mondragón
TIJUANA, B.C. A 24 DE SEPTIEMBRE DE 2024.- A una semana del cambio en las siete alcaldías de Baja California, en Tijuana hay una gran expectativa de lo que va a suceder con la ex morenista Monserrat Caballero.
En la última sesión de la comisión de Fiscalización del Gasto Público, los legisladores se indignaron por la ausencia de funcionarios de primer nivel.
La Auditoría Superior del Estado (ASEBC) de Baja California, detectó millonarias irregularidades en el uso de los recursos de la cuenta pública 2022.
La presidenta de la mesa directiva de la XXV Legislatura, Dunnia Monserrat Murillo López, incluso sugirió que citaran a comparecer a la exmorenista Caballero Ramírez para dar la cara y aclarar las observaciones hechas por la ASEBC.
Y todavía falta la revisión de la cuenta pública del año 2023, por lo que la exmorenista Monserrat Caballero debería andar un tanto preocupada.
Lástima que los excesos y los malos manejos de los recursos públicos quedan en la impunidad, en algunos casos se solapan y en otros solo se les exhibe mediáticamente.
Relevo generacional en MORENA
La nueva presidenta de MORENA en el país, Luisa María Alcalde Luján, en su primer mensaje como líder del partido guinda soltó un decálogo que deberán cumplir los gobiernos municipales y estatales morenistas.
Entre otros puntos, los morenistas en el poder no deberán permitir la corrupción, deberán ejercer el cargo con austeridad, evitar el influyentismo, amiguísimo, la privatización de los servicios y el nepotismo.
Aquí es donde comienzan los problemas, pues los morenistas simularon la elección de los líderes del partido guinda, en específico de Luisa María Alcalde y Andrés Manuel López Beltrán, secretario de organización.
Vaya “autoridad moral” de este par de jóvenes, cuyo mérito es ser hijos de los fundadores del partido guinda; Bertha Luján y Andrés Manuel López Obrador.
El partido político convertido en negocio familiar, como en su momento lo hicieron el PAN, el PRI y el PRD.
Saludos a mis tres lectores, hasta la próxima…