Por: Octavio Fabela Ballinas
TIJUANA, BAJA CALIFORNIA A 12 DE SEPTIEMBRE DE 2024.- No creo que exista alguien a quién no le haya tocado ir a una fiesta donde los asistentes bailen la canción del Payaso del Rodeo, popular en las fiestas, queda como anillo al dedo luego de escuchar los debates parlamentarios de la reforma judicial.
Nadie, ni los diputados federales, los senadores y ni los diputados locales que aprobaron la reforma calificada como revancha del presidente Andrés Manuel López Obrador, se fijaron en que la corrupción que tanto pregonaban también afecta a las fiscalías y policías locales.
Ese nivel de debate de los legisladores presagia cosas malas para los próximos tres años que durarán en el encargo, y lo peor es que tendremos que soportar esa falta de visión de Estado que mostraron, los senadores de la República.
En la práctica del Rodeo, el payaso es un personaje que actúa como el asistente de los jinetes que montan y su trabajo consiste en ahuyentar al toro si el que monta cae, pero si el daño es mayor, pues deben retirarlo cargando.
Por eso la expresión de “Ya te cargó el payaso”, porque no hay nada más grave en el rodeo, que salir en hombros de él y con el nivel de debate que mostraron los senadores y diputados de la llamada 4T, a todos nos cargó el de la cara pintada.
Los argumentos que presentaron los legisladores de oposición no fueron rebatidos por quienes conforman la mayoría en las cámaras, tampoco ninguno tocó a los organismos del poder Ejecutivo que son parte del problema de la falta de aplicación de la Justicia.
Se dedicaron a darle trámite a una iniciativa que presentó quien realmente atrajo, con dádivas oficiales, los votos suficientes para ganar la elección del pasado 2 de junio y como si del monarca se trata, votaron por algo, que estoy seguro, ni siquiera leyeron.
Especialistas han advertido que independientemente de que se elija o no a los jueces, ministros y magistrados, la reforma incluye cambios que realmente son preocupantes, sobre todos los que tienen que ver con los amparos y sus alcances.
Como demagogos que son, se fueron por lo que puede atraer simpatías, jueces y ministros con privilegios que ganan más que el presidente de la República y de ese motivo nadie los sacó, escondiendo lo que hay de fondo.
En fin, con los legisladores que tenemos, es mejor empezar a escuchar la rolita esa del Caballo Dorado como si fuera fiesta, porque, a juzgar por lo que hemos visto en los últimos días, lo único seguro es que ¡Ya nos cargó el payaso!