Por: Octavio Fabela Ballinas
TIJUANA, BAJA CALIFORNIA A 31 DE OCTUBRE DE 2024.- Desde el ciclo escolar pasado, maestros interinos no han recibido el salario, ellos aseguran que el pago de su sueldo está sujeto al resultado de una mesa de negociación con las autoridades que, simplemente les dicen, no hay dinero.
Además de los maestros interinos, el problema con la falta de pago también lo enfrentan personal auxiliar, para ellos también está la respuesta de que no hay dinero para cubrir el salario por todo un ciclo escolar trabajado.
El trabajo nos permite, a todos, vivir con dignidad, pero cuando trabajas y no te pagan se trastoca no solo la economía personal, también el sentido de justicia y respeto hacia la labor desempeñada.
Los gobiernos emanados del partido Morena, como los que tenemos actualmente en Baja California, aseguran realizar sus funciones con una visión humanista, pero a la hora de pagarle a los maestros, ese humanismo que presumen se esconde y muy bien.
No recibir el salario es algo que afecta la moral y la motivación al trabajador, un maestro con las exigencias del nuevo modelo de educación, además de enseñar, está obligado a investigar y eso requiere muchas horas que no son las que están frente al grupo.
Los maestros interinos, que ya enfrentan la incertidumbre laboral por su posición temporal, deben además soportar retrasos significativos en la recepción de su salario, lo que pone en riesgo su estabilidad económica y de desempeño al frente de los grupos de estudiantes.
Desmotivados y preocupados por su situación financiera pueden estar menos disponibles emocional y mentalmente para sus estudiantes, lo que afecta la calidad de la educación que reciben sus alumnos.
El discurso de que no hay fondos para pagarles exhibe desorganización en las finanzas, de eso, los alumnos, que son la responsabilidad principal del sistema educativo, no tienen la culpa, pero resultan, al final de cuentas, los más afectados.
De nada sirve ir a la escuela y tener el estómago lleno para regresar a casa con la cabeza vacía de conocimientos, el Estado no es el responsable de que los pequeños se alimenten, pero sí es su obligación que reciban la enseñanza que quienes somos adultos tuvimos en algún momento.
Es obligación de quienes administran los recursos públicos que exista el techo financiero para cubrir los salarios de todos los servidores públicos, entre ellos el magisterio. Los niños con clases a distancia no aprenden igual, necesitan la convivencia escolar, y es el estado, el que tiene la obligación de que eso no suceda y sucede con frecuencia.