Tiro de Esquina: Malas prácticas y sin capacitación

Por: Octavio Fabela Ballinas

TIJUANA, BAJA CALIFORNIA, A 20 DE MARZO DE 2025.- Para que una persona sea castigada por un delito deben establecerse con claridad y certeza las condiciones de tiempo, modo y lugar, lo mismo del acto del que se le acusa como los de la forma en la que fue detenida por la autoridad.

Desde el 18 de junio de 2016 cuando entró en vigor el Código Nacional de Procedimientos Penales, el nuevo sistema exigió que los involucrados en el sistema de justicia adecuaran sus actuaciones al principio del debido proceso y se cuidaran los derechos humanos.

Estas disposiciones de Ley eran contrarias a la tradición que tenían y tienen las policías, por no informar a detalle y con precisión la forma en la que actúan al momento de detener a los presuntos delincuentes, los jueces no tienen otra alternativa que dejarlos en libertad y regularmente es al Poder Judicial al que culpan por ello.

El caso del conductor de Uber, Ricardo Escribiente es ilustrativo de lo que sucede, policías no hicieron bien el reporte y ahora una familia está temerosa porque Édgar, quien lo asaltó y privó de la libertad está en las calles y puede, si quiere, tomar represalias.

¿Quiénes son los verdaderamente responsables de este tipo de errores? Los policías que no reportan correctamente, en algunos casos con dolo, o quienes tienen la obligación de que los informes se entreguen correctamente.

En los últimos ayuntamientos el anuncio de cifras de personas detenidas semanalmente ha sido una bandera para justificar el actuar de las policías, cada lunes, mediante un recuento se habla de presuntos delincuentes retirados de las calles, pero nunca sabemos si verdaderamente están tras las rejas.

Además del recuento de los detenidos, los responsables de la seguridad deberían informar cuantos procesos se están siguiendo porque de esa forma estaríamos ciertos de que se detuvo a presuntos responsables y se realizó el trabajo de forma adecuada.

Los tiempos en que los informes de los policías podían convertirse en la principal prueba en contra de alguien quedaron en el pasado, las prácticas que antes eran comunes ya no lo son y eso es algo que todavía no entienden los responsables de la seguridad pública.