Tiro de esquina ¿Pagar por hora trabajada?

Empresarios podrían consideran pagar por hora ante la futura reducción de la jornada laboral en México de 48 a 40 horas semanales, evitando dar prestaciones básicas.

Por: Octavio Fabela Ballinas

TIJUANA, BAJA CALIFORNIA, A 08 DE MAYO DE 2025.- Tras el anuncio que empezaría un proceso de reducción en la jornada laboral del país para 2030, pase de las 48 horas actuales a 40 horas a la semana, algunos empleadores empiezan a considerar la opción de pagar por hora.

Actualmente, en Baja California el salario mínimo es de 12 mil 596.40 pesos al mes, a ese costo deben incluirse los 3 mil pesos de cuotas patronales que paga el empleador y los 535.59 pesos del Impuesto sobre la nómina lo que significa un desembolso de 16 mil 132 pesos.

Por eso muchos plantean la posibilidad de migrar al pago por hora trabajada, es decir, si bien quedó establecido en la reforma a la Ley del Trabajo desde 2012, el mercado laboral desigual y precario que hay en el país, hacen dudar que esto sea posible.

En teoría, esta modalidad de pago por hora ofrece flexibilidad para ahorrar costos, pero en la práctica ha sido utilizada por muchas empresas para reducir gastos mediante la evasión de prestaciones y pagar sueldos tan bajos que no alcanzan ni para lo más básico.

El salario mínimo por hora en Baja California ronda en los 52.485 pesos, monto que no cubre ni el transporte de las personas; en promedio gastan 60 pesos en dos vehículos que necesitan abordar para ir al trabajo y la misma cantidad para regresar a casa.

El reto no está en reducir el número de horas, sino en garantizar que no se disminuya también el ingreso ni se aumente la carga de trabajo en menor tiempo, de no conseguirse un ajuste real solo se creará una nueva forma de explotación, pero con una fachada de humanismo.

Si la jornada oficial baja a 40 horas, muchas empresas podrían aprovechar la situación para contratar por menos a más personas, pero bajo esquemas por hora sin ofrecer estabilidad ni derechos plenos. Es decir, podríamos pasar de un sistema injusto a uno todavía peor.

Además, más del 55% de los trabajadores en México ya está en la informalidad y muchos de ellos están sujetos a pagos por hora sin ningún tipo de contrato, prestaciones o seguridad social. Si no se garantiza la formalización del empleo y la supervisión real de estas nuevas reglas, cualquier reforma se convierte en letra muerta.

Reducir la jornada laboral puede ser un avance histórico, pero solo si va acompañada de mejores condiciones: salarios dignos y cumplimiento de derechos. De lo contrario se corre el riesgo de que estas medidas se conviertan en herramientas de explotación disfrazadas de progreso.

Lo que está en juego no son solo horas o sueldos, sino la dignidad y el bienestar de millones de personas que ya viven al día con el esquema actual.