Tiro de esquina. Las escuelas necesitan atención

Por Octavio Fabela Ballinas

TIJUANA, BAJA CALIFORNIA A 15 DE DICIEMBRE DE 2022.- Para nadie es desconocido que en la ciudad, una lluvia, por pequeña que sea provoca problemas: encharcamientos, caos vial y personas que son arrastradas por la corriente que se forma en los cañones que bajan a la Zona del Río.

Desde hace más de dos años, las escuelas que estuvieron vacías debido a la pandemia del Covid-19 quedaron relegadas, varias de ellas vandalizadas y lo que ahora se hace evidente es que también dejaron de darles mantenimiento.

Las precipitaciones de esta semana provocaron la suspensión de clases el lunes, pero también dificultaron las labores educativas el martes porque quedó al descubierto que casi todas las escuelas presentan goteras, algunas más, otras menos, pero ninguna se salva.

La temporada de lluvias apenas comienza, la próxima semana será la última que tendrán clases los niños y se antoja difícil que en lo que queda del año se puedan impermeabilizar la totalidad de las escuelas que presentaron filtraciones.

Esto presagia un arranque de año complicado para los planteles escolares, muchos están organizando eventos para recaudar fondos, pero los directores comentan que es mínima la utilidad comparada con el costo de lo que necesitan reparar.

De presupuesto para las mejoras en la infraestructura educativa sabemos por experiencia que es tardado en ejercerse ya que en su mayoría proviene de fondos federales que, si bien les va, podrán recibirlo y aplicarlo hasta que termine el actual ciclo escolar que es por el mes de junio.

Todo lo anterior significa que las escuelas se quedarán sin reparaciones en el inicio de año, durante la temporada de lluvias y los salones se seguirán mojando en detrimento de la calidad de la educación que se brinda en ellas.

Además de las aportaciones que hacen los padres de familia, es necesario un programa emergente para impermeabilización de las escuelas y en algunos casos las labores deben ser más intensas porque los techos de algunos planteles necesitan cambiarse.

Y todo es el resultado de dos años de abandono en las escuelas.