Ruedo Político. De la arrogancia del “chillan como puercos”, a la acusación de “revanchismo político”
Por: Adán Mondragón
TIJUANA, BAJA CALIFORNIA A 10 DE MAYO DE 2022.- Cómo andará el ánimo de Jaime Bonilla Valdez, que públicamente no se ha pronunciado respecto a la resolución del Tribunal Electoral, sala Guadalajara, en la que prácticamente lo retiran de su escaño.
La impugnación de su regreso al Senado -marzo2022- fue interpuesta por el equipo jurídico de Acción Nacional en Baja California.
La resolución del pasado 5 de mayo generó un ambiente festivo entre decenas, quizá cientos de “antiBonillistas” bajacalifornianos. Aunque Jaime Bonilla, difundió entre sus “jilgueros” que el recurso legal promovido por los panistas fue un acto se “revanchismo político”.
Lo festejaron al interior de MORENA, en lo que queda del PAN, del PRI y del PRD, sobre todo entre el sector empresarial de la región.
Apenas hace un año, Jaime Bonilla, actuaba con una arrogancia del tamaño de la península bajacaliforniana, ninguneaba a todo aquel que pensara distinto a él.
El autodenominado “lopezobradorista” hoy está contra las cuerdas, está a una resolución -del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación- de quedar fuera del Senado.
Sin olvidar que en la Secretaría de la Honestidad y Función Pública, hay investigaciones en curso porque se han detectado mal uso de los recursos públicos.
Ayer, el exmandatario Jaime Bonilla, presentó un recurso de reconsideración, para ver si puede revertir la resolución de la sala Guadalajara, todo apunta a que el pleno ratifique la sentencia.
Jaime Bonilla, al inicio de su gestión el muy engreído se burló de los empresarios y los insultó al señalar que “chillan como puercos”; hoy el exgobernador es la comidilla en la sobremesa de estos.
Al concluir su gestión como mandatario estatal, Jaime Bonilla, presumió que iría al gabinete federal con su “amigo”, el presidente López Obrador; no se concretó ese arribo y “amenazó” con publicar en su medio de comunicación, editoriales de manera cotidiana para criticar las acciones de gobierno, hoy más desprestigiado que nunca, solo le queda esperar un “milagro” en el Tribunal Electoral.